En el mundo actual, donde las historias juveniles suelen contarse a través de una lente idealizada o altamente dramatizada, surge una nueva ola de narrativas que busca reflejar las complejidades reales de la vida adolescente. Owen Cooper, un joven actor de 15 años, se ha convertido en la voz de esta generación al protagonizar «Adolescencia», una serie que ha resonado profundamente con el público al tocar de manera genuina las fibras de la juventud contemporánea. Cooper describe su experiencia como «surrealista», dada la intensa conexión que ha establecido con los espectadores a través de su personaje, quien atraviesa desafíos que son un espejo de las vivencias de muchos jóvenes hoy día.
En este contexto de búsqueda de autenticidad, la plataforma HBO Max ha lanzado «Pubertat», una miniserie creada por Leticia Dolera, quien tras su aclamado trabajo en «Vida perfecta», aborda ahora un tema perturbadoramente actual: la agresión sexual entre adolescentes. Esta obra se sumerge en la vida de un grupo de jóvenes relacionados con una «colla castellera» cuyas dinámicas se ven impactadas tras la acusación que recae sobre tres chicos de haber agredido sexualmente a una compañera durante las fiestas de San Juan.
Lejos de entregarse a la simplificación del drama juvenil, «Pubertat» explora con profundidad las emociones y las complicaciones sociales que giran en torno a conceptos como la culpabilidad y la inocencia. Dolera, dedicando años a la investigación y colaboración con jueces, abogados, y profesionales del ámbito de las agresiones sexuales, ha conseguido aportar a la serie una perspectiva realista y matizada que conecta con el espectador al reflejar con precisión los dilemas actuales.
La serie no esconde las preguntas difíciles. ¿Cómo lidian las víctimas al descubrir que sus amigos son a su vez sus agresores? ¿Qué papel juegan las familias en estas tremendas circunstancias? Con un reparto que incluye tanto a jóvenes promesas como a veteranos de la actuación, «Pubertat» dibuja un retrato diverso y complejo de las relaciones sociales y personales.
Incorporando la simbología de los castells, que evocan la confianza y el espíritu comunitario, la serie subraya la idea del colectivo no solo como soporte sino también como espejo de lo individual. De este modo, la miniserie invita al espectador a reflexionar sobre temas esenciales y a menudo incómodos como el consentimiento, la educación sexual, y las deficiencias persistentes en el tratamiento de estas cuestiones en nuestra sociedad.
«Pubertat» destaca por su capacidad no solo para entretener sino también para generar un espacio de debate y reflexión sobre problemas acuciantes de nuestro tiempo, marcando un hito en la manera de contar historias juveniles en el ámbito televisivo. Este enfoque, que busca ir más allá de la mera ficción para tocar las raíces mismas de la realidad social y emocional de los adolescentes, señala una dirección prometedora en la producción de contenidos que resonarán con las generaciones presentes y futuras.