Un debate sobre la violencia filio-parental encendió las pantallas durante la última edición del programa «Espejo Público», emitido por Antena 3 el pasado martes. Sintonizado habitualmente por una audiencia matinal, el segmento abordó un tema de creciente preocupación social: la escalada de violencia de los hijos hacia sus padres. En este contexto, Susanna Griso y su equipo dieron espacio a Carmen, una madre que ha vivido en carne propia los desafíos planteados por esta problemática con su hijo de 13 años, una situación que la obligó a tomar la dolorosa decisión de abandonar su hogar.
La emisión tomó un rumbo inesperado desde el comienzo de la charla con Carmen. Contrario a lo que se preveía discutir sobre violencia física, ella explicó que los comportamientos agresivos de su hijo se manifestaban a través de rabietas y daños a objetos, más que ataques personales. A pesar de estos momentos de ira, el joven mostraba arrepentimiento por sus acciones, según relató su madre.
La intervención de Carmen no solo vislumbró una problemática compleja sino también un camino hacia la solución gracias a la ayuda de la Fundación Amigó. Esta organización proveyó a la familia de las herramientas necesarias para afrontar y reformular la conducta del joven, quien ahora se encuentra estudiando para ser integrador social y asistir a otros en situaciones similares.
La conversación se tensionó cuando los presentadores, incluida Susanna Griso, pusieron en duda el enfoque positivo de Carmen respecto a la mejoría de su hijo, enfocándose en los momentos álgidos de agresividad -no física- que habían llevado a la invitada al extremo de dejar el país por un semestre.
La discusión llevó a un debate más amplio sobre qué se considera violencia y su correcta interpretación. Jero García, especialista en comportamiento juvenil, calificó los actos del hijo de Carmen como violencia en un sentido amplio, algo con lo que ella no concordó, distinguiendo entre las agresiones físicas, psicológicas y verbales.
La situación escaló hasta el punto en que Carmen, visiblemente afectada, optó por retirarse del enlace en directo. Este incidente reflejó un claro desacuerdo con la manera en que se presentó su historia personal en el programa, poniendo de manifiesto el debate sobre cómo los medios de comunicación abordan casos de complejidad familiar y subrayando la necesidad de tratar estos temas con la debida sensibilidad y precisión.
El episodio no solo generó controversia en el plató, sino que también reavivó la discusión pública sobre las dificultades en las relaciones filio-parentales, un tema que sigue buscando su lugar dentro del discurso mediático con un tratamiento equitativo y respetuoso.