El presidente de Rusia, Vladímir Putin, ha emitido una seria advertencia ante la creciente ayuda militar que recibido Ucrania de naciones pertenecientes a la OTAN. En una reciente conferencia de prensa realizada durante el XXVII Foro Económico Internacional en San Petersburgo, Putin destacó cómo Rusia refinará sus defensas antiaéreas para neutralizar el suministro de armas avanzadas a Ucrania y no descartó la posibilidad de respuestas «asimétricas» dirigidas contra aquellos países involucrados en proporcionar dicha asistencia.
Putin delineó su preocupación sobre la capacidad técnica del ejército ucraniano para maniobrar armas de alta precisión y largo alcance, como los misiles Storm Shadow del Reino Unido o los ATACMS de Estados Unidos, sin la ayuda de inteligencia externa, particularmente satelital de EE.UU., necesaria para programar y dirigir estas misiones. El presidente ruso sugiere que la decisión final de realizar ataques con estas armas recae en manos de los países que las suministran, no en Ucrania.
Además, Putin criticó la implicación de occidente en el conflicto, sugiriendo que ésta solo sirve para deteriorar aún más las relaciones internacionales ya tensas y complicar la seguridad global. La continua asistencia militar a Ucrania por parte de países como Estados Unidos y el Reino Unido es vista directamente como una amenaza a la integridad y seguridad de la Federación Rusa.
Las palabras de Putin resuenan como una clara indicación de que Rusia puede tomar medidas enérgicas para asegurarse de que cualquier apoyo militar exterior a Ucrania no quede sin respuesta, incluido el potencial despliegue de armas rusas en regiones estratégicas para ejercer presión o como medida preventiva contra los países que están suministrando la asistencia. Estas declaraciones subrayan la escalada en las tensiones internacionales y anticipan un posible aumento en las represalias y las acciones militares a medida que el conflicto continúa desarrollándose.