La Militancia y la Verdad sobre las Primarias del PSOE
El PSOE se encuentra en una encrucijada, en medio de un clima de desconfianza donde la oposición no pierde ocasión para exigir dimisiones y elecciones anticipadas. Esta situación se complica aún más con las voces críticas que emergen desde dentro del partido, cuestionando la legitimidad de sus procesos democráticos.
Un ejemplo claro de esta confrontación es la postura adoptada por la federación socialista de Castilla-La Mancha y su Gobierno regional, que se ha enfrentado abiertamente a la dirección federal del partido. Como militante de base, es desconcertante ver cómo esta dinámica interna se presenta en un momento en el que el Gobierno de España recibe reconocimientos por sus logros en igualdad, empleo y bienestar social.
Las declaraciones de la consejera de Igualdad, Sara Simón, han elevando la polémica a niveles preocupantes. Al afirmar que “se inflaron los censos de votantes” durante las primarias que devolvieron a Pedro Sánchez la Secretaría General, ha hecho una acusación sin presentar pruebas. Como alguien que estuvo involucrado en esa candidatura, puedo afirmar que el proceso fue transparente y vigilado adecuadamente por interventores de todas las candidaturas.
Es fundamental recordar que los censos se establecieron en la etapa de recogida de avales. Intentamos reintegrar a militantes que había dejado la organización sin éxito, lo que hace poco plausible la idea de una manipulación por parte de la dirección.
Aquellos que participamos en la campaña de Pedro Sánchez recorrimos la provincia, organizamos reuniones y debatimos con fervor. Éramos un grupo de militantes comprometidos que creían que la destitución del secretario general había sido una injusticia, y la militancia se expresó de manera contundente.
Sin embargo, de ese “ejército de Pancho Villa” que luchó por la democracia interna, solo uno ocupa hoy un cargo institucional. El resto regresó a nuestras vidas cotidianas, satisfechos de haber apoyado un proceso que ha mejorado la vida de millones de personas.
Es sorprendente que desde un Gobierno socialista se cuestionen estos procesos internos. Quien no confía en la democracia del partido tiene dificultades para defender su ideología. Lanzar acusaciones tan graves sin fundamento sólido debería llevar a asumir responsabilidades políticas.
La militancia y la verdad merecen respeto.
