En los primeros seis meses de este año, se han documentado más de 1.2 millones de delitos, reflejando un aumento del 3% en comparación con el mismo periodo del año pasado. Esta realidad está generando una creciente preocupación en las familias, quienes están buscando mejorar sus medidas de seguridad en el hogar. Sin embargo, no siempre se tiene en cuenta ciertos puntos vulnerables que resultan ser críticos y frecuentemente quedan desprotegidos.
Los dueños de casa suelen centrarse en la puerta principal como el principal punto de acceso, pero los ladrones, siempre oportunistas, exploran entradas menos obvias. Zonas como los garajes muchas veces quedan olvidadas. Estos espacios, a pesar de ser un acceso directo al interior de la vivienda, no siempre cuentan con la misma protección que una puerta principal. Instalar cámaras de seguridad estratégicamente, para vigilar el área en tiempo real, se convierte en una medida esencial para detectar presencias sospechosas antes de un posible ingreso.
Otro punto débil son las ventanas de las plantas bajas y sótanos. Comúnmente ubicadas detrás de elementos que ofrecen cobertura, como árboles o cercas, estas ventanas resultan ser entradas llamativas para los intrusos. Contar con vidrios reforzados, sensores que alerten sobre aperturas no deseadas y cámaras que adviertan en tiempo real sobre movimientos sospechosos, son soluciones efectivas para prevenir incursiones.
Los jardines frondosos y árboles altos presentan otra fuente de riesgo, facilitando el ingreso no deseado. Los ladrones pueden utilizar estos elementos como escondites o como apoyo para alcanzar niveles más altos de la propiedad. Mantener la vegetación controlada y asegurarse de tener una iluminación exterior adecuada puede desanimar a los delincuentes, ya que estos prefieren operar en zonas oscuras.
Además, las puertas traseras y correderas de cristal tienden a ser menos robustas. Las cerraduras reforzadas y los sensores son cruciales para asegurar que permanezcan cerradas cuando no hay nadie en casa, al igual que es fundamental asegurar los accesos en patios y jardines con medidas perimetrales preventivas.
Incluso las ventanas de los pisos superiores no deben ser ignoradas. Aunque parezcan menos accesibles, se pueden aprovechar techos vecinos o árboles para llegar a ellas. Los balcones y terrazas, al igual que sus aberturas, requieren la misma atención en seguridad para evitar vulnerabilidades.
Con los avances en tecnología, los hogares inteligentes se presentan como una solución contemporánea para enfrentar estos retos. Medidas como la automatización, que permite simular la ocupación de la vivienda, y el control remoto a través de aplicaciones móviles, ofrecen una vigilancia continua y efectiva. Asimismo, contar con monitoreo profesional 24/7 y sistemas de alerta conectados, asegura una respuesta rápida ante posibles amenazas. El enfoque no solo debe estar en proteger las propiedades materiales, sino también en cuidar a quienes habitan el hogar. Herramientas como detectores de humo y geolocalización elevan el nivel de protección, ofreciendo una sensación de seguridad integral.
En un tiempo donde la criminalidad muestra tendencias al alza, adoptar un enfoque proactivo y bien informado sobre la seguridad doméstica es más que recomendable; es esencial.