En una reciente audiencia en la Audiencia Provincial de Ciudad Real, J.P.G. admitió haber enviado mensajes amenazantes y vejatorios a su expareja, pero negó haber cometido abuso sexual. El acusado explicó que bajo los efectos del alcohol y la cocaína, envió mensajes insultantes y racistas debido a la frustración de enterarse de que su expareja estaba en una nueva relación. Además, reconoció haber difundido fotos íntimas de ella en redes sociales y haber realizado llamadas amenazantes.
Sin embargo, J.P.G. rechazó las acusaciones de agresión sexual, incluyendo dos presuntas agresiones en las que la víctima fue amenazada con un machete y un hacha. La víctima relató haber sido forzada a mantener relaciones sexuales en ambas ocasiones y mencionó su temor, especialmente debido a la salud delicada de la hija que tienen en común.
La Fiscalía ha solicitado una pena de 29 años y diez meses de prisión para J.P.G. por dos delitos de agresión sexual, entre otros. La defensa, por su parte, argumenta que las pruebas no son concluyentes y basadas únicamente en el testimonio de la víctima.
La situación es complicada y delicada, ya que la versión de J.P.G. difiere de la de la víctima. Es importante que se haga justicia y se llegue a una resolución equitativa en este caso. La prioridad debe ser proteger a la víctima y asegurarse de que el acusado responda por sus acciones. Seguiremos atentos a las novedades de este caso en Ciudad Real.