La cocina se ha convertido en un refugio para muchos, y uno de los platos más apreciados por los amantes de la gastronomía es, sin duda, el estofado. Aprender a preparar un estofado jugoso y aromático es un arte que muchos desean dominar, y la satisfacción de lograrlo se traduce en un festín de sabores y aromas que evocan la calidez del hogar.
El primer paso en esta aventura culinaria es reunir y preparar todos los ingredientes. Tener todo listo facilita la cocción y evita cualquier contratiempo. Comenzamos por la carne, que debe ser salpimentada, enharinada y dorada en una sartén. Este proceso es crucial, ya que una buena costra dorada no solo aporta un color atractivo, sino también un sabor profundo al estofado. No es necesario que la carne esté completamente cocida en este paso, ya que se terminará de cocinar más adelante.
Una vez dorada, el siguiente paso se centra en las verduras. Se cortan cebolla, zanahoria y ajo, que se cocinan a fuego alto hasta que sus colores se acentúan, antes de dejarlas estofarse lentamente. La magistral combinación de estos vegetales con una hoja de laurel, en el mismo aceite que se usó para la carne, permite que los sabores se integren de manera perfecta. Al ablandarse, las verduras crean la base ideal sobre la que reclinará la carne.
Es el momento de unir los elementos: se reincorpora la carne al guiso, permitiendo que los sabores se entrelacen a medida que avanzamos en este proceso. El siguiente paso consiste en desglasar la cazuela con vino tinto, lo que ayudará a recuperar todos los jugos que quedaron pegados en el fondo y aportará un toque sofisticado al plato. Se agrega además caldo de carne, y es aquí donde el estofado comienza a tomar vida, cocinándose lentamente durante aproximadamente una hora y media a dos horas.
El resultado final es un estofado que no solo es delicioso, sino que también se puede acompañar de unas patatas salteadas que complementan perfectamente el plato. Para aquellos que buscan uma experiencia completa, se recomienda disfrutar de este manjar con el mismo vino utilizado en la cocción. Curiosamente, este plato tiende a mejorar su sabor después de reposar, lo que lo hace ideal para disfrutar al día siguiente o incluso para guardarlo en el congelador y aprovecharlo en otra ocasión. Sin duda, cocinar un estofado es una forma de conectar con la tradición culinaria y disfrutar de una comida verdaderamente reconfortante.