Las prisiones de alta seguridad en el Reino Unido enfrentan una creciente amenaza que pone en riesgo la seguridad de sus instalaciones. Bandas organizadas han comenzado a utilizar drones para introducir ilegalmente drogas, armas y teléfonos móviles en estas cárceles, lo que ha generado una situación alarmante. Un reciente informe del Inspectorate of Prisons ha destacado que el espacio aéreo sobre las prisiones se ha convertido en un área prácticamente incontrolada, lo que plantea serios riesgos para los centros que albergan a algunos de los delincuentes más peligrosos del país.
El inspector jefe del servicio penitenciario, Charlie Taylor, ha expresado su preocupación por esta situación, criticando a las autoridades por no actuar con la firmeza necesaria ante el uso de drones por parte de las organizaciones delictivas. Durante inspecciones en prisiones de Manchester y Long Lartin, se identificó un mercado negro en funcionamiento, impulsado en gran medida por la introducción de contrabando a través de estos dispositivos.
Además, el incremento del contrabando ha repercutido de manera alarmante en la violencia dentro de las cárceles. En el centro de detención de Manchester, por ejemplo, se han reportado múltiples muertes autoinfligidas en los últimos años, lo que ha llevado a que dicha prisión sea señalada como una de las más peligrosas del Reino Unido. Esta violencia, exacerbada por las deudas relacionadas con el tráfico y consumo de drogas, ha convertido el ambiente carcelario en un lugar cada vez más inestable y peligroso para los reclusos y el personal.
Ante esta crítica situación, Taylor ha instado a las fuerzas de seguridad y al servicio penitenciario a tomar medidas urgentes para frenar el flujo de contrabando y reducir el acceso a estas sustancias. Sin embargo, el informe también reveló que las medidas de seguridad existentes han quedado obsoletas. Elementos básicos como redes de protección y sistemas de videovigilancia han dejado de funcionar efectivamente, evidenciando así la falta de inversión y control en un sistema penitenciario que ya se encuentra atravesando diversas crisis.
Como respuesta a estas preocupaciones, el secretario de Estado de Justicia, Nicolas Dakin, ha reconocido la gravedad del problema que representan los drones y ha admitido que se están tomando medidas para abordar la crisis existente. Sin embargo, resaltó que heredó un sistema ya deteriorado, y que cualquier acción que se tome será gradual. Dakin mencionó que se están realizando inversiones para mejorar la infraestructura de las prisiones, pero se abstuvo de detallar específicamente las tácticas a implementar por razones de seguridad.
Con las cárceles británicas cada vez más amenazadas por el uso de tecnología avanzada para el contrabando, el futuro de la seguridad y el control en estas instalaciones se presenta incierto. La presión sobre el gobierno para implementar soluciones efectivas y enérgicas va en aumento, mientras los delincuentes continúan aprovechando el sistema.
