Cynthia y Liliana: el amor que desafió al juicio en Sigüenza


Cynthia y Liliana: Un Amor que Cruza Fronteras

Cuando Cynthia Rivas y Liliana Villalta se dieron el «sí, quiero» hace casi dos años en México, no solo estaban sellando un compromiso amoroso, sino también enfrentando una serie de retos que venían con la exclusión en sus países de origen. Hoy, estas dos valientes mujeres viven libremente su amor en el Centro de Refugiados de Sigüenza, en Guadalajara, España.

Cynthia, originaria de México, y Liliana, de El Salvador, decidieron dejar atrás su vida anterior —familia, trabajo y raíces— con el único propósito de salvaguardar su amor. Se conocieron a través de Internet, y a medida que su relación se fortalecía, hicieron el audaz movimiento de casarse. Sin embargo, su camino hacia la felicidad no estuvo exento de dificultades. Liliana dejó su país natal y se trasladó a México, donde el matrimonio entre personas del mismo sexo es legal en algunos estados. A pesar de esto, la corrupción y la discriminación laboral hicieron que ambas, profesionista y profesora respectivamente, se enfrentaran a serias limitaciones al momento de expresar su relación.

Desde el día de su boda, las cosas cambiaron. Al intentar presentarse como pareja en sus lugares de trabajo, se percataron de un trato diferente. La discriminación afectó a Cynthia, quien perdió proyectos importantes debido a la negativa de sus empleadores a aceptar su identidad como pareja. Esto las llevó a considerar regresar a El Salvador, pero al intentar legalizar su estatus marital, las autoridades se mostraron inflexibles. «Fueron muy cerrados», recuerda Liliana, quien se sintió frustrada al enterarse de que su matrimonio no era considerado válido para facilitar la estancia de Cynthia.

Con el deseo de construir una vida más libre, en marzo del año pasado decidieron aventurarse a España, donde el matrimonio igualitario ha sido legal por más de dos décadas. A su llegada, reconocen que sentían miedo a lo desconocido, pero fueron acogidas por Accem, una organización de ayuda, y luego trasladadas a un centro de refugiados.

En su nuevo hogar, han comenzado a integrarse en la sociedad española y están agradecidas de poder experimentar un derecho esencial: el de amar y formalizar su unión. Aunque aún enfrentan obstáculos para adaptarse y mostrar su amor en público, están decididas a salir adelante. Se sienten animadas por la mentalidad abierta que han encontrado en España, donde han dado su primer paso al presentarse como matrimonio.

Cynthia destaca cómo la vida en España les ha brindado la libertad de expresarse sin miedo a la discriminación: «Aquí podemos sentirnos libres para ir de la mano». Actualmente, ambas participan en un curso de formación como auxiliares administrativos, con el objetivo de integrarse completamente y contribuir a su nueva comunidad. Liliana insiste en que quieren ser un apoyo, no una carga, y su sueño es volver a casarse en España. «No sabemos si podemos legalizar nuestro acta o si necesitamos casarnos de nuevo, pero es algo que anhelamos hacer», comenta.

Cynthia sueña con una vida en paz y, aunque todavía siente incertidumbre, está emocionada de haber encontrado su lugar en la sociedad española, donde finalmente pueden amar sin restricciones.

La historia de Cynthia y Liliana es un testimonio de amor y resiliencia, un ejemplo del poder de la valentía ante la adversidad. Su camino hacia la felicidad es un recordatorio de que el amor, en todas sus formas, merece ser celebrado y protegido.

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