Fran recibió una sacudida emocional a las siete de la mañana cuando su teléfono vibró con un mensaje que cambiaría su vida para siempre. Con el corazón acelerado, leyó las palabras que lo llevarían a cumplir un sueño que había acariciado desde su infancia: «¡Han salido las notas de la entrevista!». El momento se tornó mágico al descubrir que la palabra «apto» iluminaba su pantalla. Con lágrimas en los ojos, compartió la buena nueva con su esposa: «Cariño, lo he conseguido. Voy a ser policía».
Este día marcó un hito no solo en su vida, sino en la vida de más de 2.000 aspirantes que, al igual que él, esperaban con ansias una respuesta. A sus 45 años, Fran desafiaba las probabilidades al haber cumplido un anhelo que parecía inaccesible, gracias a la reciente eliminación del límite de edad en las oposiciones. La decisión de dejar atrás dos trabajos estables para perseguir el uniforme que había deseado desde pequeño resalta su valentía y determinación.
Su camino hasta aquí no fue fácil. Fran había recorrido un sendero marcado por responsabilidades familiares y laborales, primero como empleado en Renault tras formarse en Automoción, y luego como esposo y padre. A pesar de haber construido una vida cómoda, la chispa que siempre anheló —ser policía— seguía ardiendo en su interior. Un giro inesperado fue la pandemia, que, lejos de ser un obstáculo, le brindó una oportunidad para replantearse su futuro. Mientras muchos se distraían con dulces y pasatiempos, él decidió inscribirse en una academia de oposiciones, compatibilizando sus turnos laborales con el estudio.
Los primeros intentos, en 2021 y 2022, resultaron fallidos; lecciones de vida que no lo desanimaron. Con un carácter indomable, Fran se preparó para su tercer intento en 2023 y logró superar todos los filtros, incluidos los exigentes tests físicos que rinden homenaje a su esfuerzo y dedicación. Un comentario de una de las evaluadoras resonó en su mente: «Valórate más; tu perfil es interesante». Este consejo reafirmó su autovaloración y determinación.
Con la mirada en el futuro, Fran ingresó en la Academia de Policía de Ávila a los 46 años, donde la edad le otorgó un rol peculiar entre compañeros considerablemente más jóvenes. A pesar de las noches de estudios intensos y de la añoranza por su familia, su relato emocional resonó en las aulas, mostrando que su camino estaba lleno de sacrificios, pero también de inspiración. Tras nueve meses de arduo trabajo, logró ubicarse entre los primeros 1.600 aspirantes, asegurando su puesto en prácticas en Málaga.
De cara a su próximo cumpleaños, el 8 de abril, Fran visualiza con entusiasmo el futuro. Aunque sabe que la vida de un policía puede incluir periodos de ausencia de su hogar, está decidido a hacer realidad su anhelo. Podrá celebrar sus 47 años con la gorra de policía sobre la mesa, un símbolo tangible de su victoria personal. La historia de Fran es un recordatorio de que nunca es tarde para reinventarse y perseguir lo que realmente queremos.