En un reciente encuentro en territorio español marcado por la campaña electoral, Alberto Núñez Feijóo intentó sin éxito cautivar a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, haciendo gala de un peculiar sentido de galleguidad. Durante la primera visita de Von der Leyen a España, en medio del ambiente preelectoral y con miras a un segundo mandato al frente de la Comisión, el Partido Popular buscaba aprovechar la ocasión para obtener el respaldo de la alta funcionaria frente a las controvertidas acusaciones respecto a la política de amnistía para independentistas catalanes propugnada por Feijóo.
Sin embargo, la respuesta de Von der Leyen no fue la esperada por el líder del PP, ya que se mantuvo al margen del tema central de la amnistía, a pesar de las reiteradas menciones y críticas por parte de Feijóo, quien considera dicha medida como un grave ataque al Estado de derecho, el más significativo en los últimos 46 años de democracia española.
Durante su estancia, Von der Leyen y Feijóo visitaron emblemáticos sitios como la catedral de Santiago y compartieron momentos en la romería de A Magdalena en O Pino, un evento plagado de simbolismo político y canciones electorales del PP. A pesar de la intensa jornada y del claro mensaje político del PP, la presidenta de la Comisión Europea se limitó a hablar de los valores europeos y de la importancia de defender los derechos fundamentales y el Estado de derecho, evitando mencionar directamente la cuestión de la amnistía.
El discurso de Von der Leyen enfatizó el compromiso de la Unión Europea con la defensa de los valores comunes y la democracia, dejando claro que cualquier Estado miembro, incluida España, debe adherirse a estos principios fundamentales. Esta postura representa una clara señal de que, a pesar de las presiones políticas internas, la Comisión Europea se mantiene firme en su papel de guardiana de los valores y principios que define la identidad europea.
En resumen, la visita de Ursula Von der Leyen a España se convirtió en un escenario donde se reflejaron las tensiones políticas internas, pero también dejó en evidencia la complejidad de las relaciones entre las autoridades europeas y los Estados miembros en momentos de polarización política. La postura de Von der Leyen, esquivando la polémica y centrando su mensaje en los valores europeos, subraya la importancia de la cohesión y el respeto mutuo como pilares de la construcción europea.
