En las profundidades de un drama familiar que se desenvuelve en el escenario de La Promesa, las vidas entrelazadas de sus personajes toman giros inesperados mientras se enfrentan a fantasmas del pasado y temores del presente. Una atmósfera de tensión invade este palacio, donde la calma es tan solo un breve respiro antes de la llegada de las tormentas personales.
Curro se encuentra consumido por el temor hacia la salud de su madre, una preocupación intensificada por la presencia oscura del Capitán de la Mata. La solicitud de Curro a Emilia va más allá de un simple capricho; es una lucha desesperada por evitar la repetición de eventos pasados, una amenaza que se cierne sobre su familia y que parece inevitable. La incertidumbre acerca del Capitán desemboca en un enigma familiar cuyas piezas comienzan a encajar, aunque dejan tras de sí un rastro de vacío y miedo.
Por otro lado, Simona navega por un mar de culpa, intentando enmendar errores del pasado con Manuel, cuyas preguntas sobre decisiones que pudieran haber cambiado el destino de su ser querido, Toño, se transforman en un veneno que permea su existencia. Este complejo tejido de relaciones se complica aún más con la presencia de Petra, cuya enigmática amabilidad hacia Simona deja a todos preguntándose sobre sus verdaderas intenciones. En La Promesa, las apariencias engañan y el comportamiento de Petra sugiere que detrás de sus acciones se esconde un plan meticulosamente orquestado.
Este entramado de relaciones y misterios es justo la cúspide de una nueva complicación que amenaza con desmoronar aún más los ya frágiles cimientos de La Promesa. La llegada de un personaje inesperado augura cambios drásticos y potencialmente destructivos en este delicado equilibrio de tensiones y secretos. En La Promesa, nadie parece estar a salvo de su propio destino, marcando un intenso drama familiar donde cada decisión y cada secreto pueden alterar irrevocablemente el curso de sus vidas.