En un evento político sin precedentes, el Ayuntamiento de Gijón ha marcado un punto de inflexión al ser la primera gran institución de España en separarse del partido Vox de su gobierno, a tan solo cien días de haber formado una coalición después de las elecciones municipales del 28 de mayo. Este hecho se convierte en un referente dentro de las dinámicas de alianzas políticas a nivel local, al ocurrir en octubre y reflejar las tensiones internas que pueden surgir dentro de los pactos de gobierno.
La decisión de prescindir de Vox fue tomada por la alcaldesa de Foro Asturias, Carmen Moriyón, en respuesta a un creciente desencuentro ideológico entre su administración y Vox, particularmente visible en la controversia generada alrededor del Festival Internacional de Cine de Gijón (FICX), acusado por este partido de mostrar «sesgos y partidismos». Este desacuerdo culminó con la declaración de la alcaldesa anunciando la terminación de su colaboración con Vox.
A pesar de la expulsión de Vox del gobierno municipal, la alcaldesa ha conseguido mantener la mayoría absoluta necesaria para seguir gobernando con cierta normalidad, gracias a la salida de uno de los concejales de Vox. Esta maniobra permitió preservar la estabilidad dentro del ayuntamiento, lo que destaca a Gijón frente a otros escenarios donde el PP y Vox han presentado fracturas, especialmente por disensiones en torno a la gestión de crisis, como la migratoria en Canarias.
La gestión del gobierno de Moriyón, en este contexto, ha sido vista con buenos ojos por algunas fuentes locales que aprecian la estrategia de moderación y mantenimiento del status quo. Sin embargo, desde sectores de la oposición como el PSOE, se critica la forma en que se ha sostenido esta mayoría, argumentando que la dependencia de un concejal tránsfuga para mantener el gobierno atenta contra la imagen de consenso y transparencia que se quiere proyectar.
Otro aspecto de fricción ha sido el manejo cultural y lingüístico, evidenciado en debates sobre el FICX y políticas relacionadas con el uso del idioma asturiano, lo que refleja la complejidad de la vida municipal y la gestión de la diversidad cultural.
Desde el gobierno de Foro Asturias, se sostiene que la experiencia de Gijón demuestra una capacidad singular de autonomía y adaptación ante los reconfiguraciones y desafíos políticos, señalando la situación como un ejemplo de la dinámica y complejidad de la política municipal que, aunque llena de desafíos, también ofrece oportunidades para la redefinición y fortalecimiento de acuerdos y políticas públicas en busca del bienestar de la comunidad.