Última jugada maestra: Óscar, Ruvens y Juan en la gran final sin precedentes

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La reciente final de «Gran Hermano» ha desatado comentarios y análisis no solo por su emocionante desarrollo, sino también por ciertos patrones que parece estar siguiendo en sus últimas ediciones. Violeta Crespo salió como la cuarta clasificada en una competencia que se ha caracterizado por sus diversas sorpresas y giros inesperados. Con su partida, el reality show repite la dinámica del año anterior al no contar con ninguna mujer en la pugna final por el premio, situación que ya se había vivido en «GH Revolution».

La final de este año, fijada para el 19 de diciembre, verá a Óscar Landa, Juan y Ruvens competir por el ansiado maletín, un escenario que refleja una final netamente masculina, algo que solo ha sucedido en contadas ocasiones dentro de la historia del programa. A pesar de la contienda, Violeta solo recibió el 15% de los votos, quedando por detrás de sus compañeros masculinos.

Esta situación hace eco de la final de 2017, en la que Hugo Sierra se hizo con la victoria en una competencia exclusivamente masculina, subrayando un patrón que, aunque poco común, ha tenido lugar en el programa. A pesar de ello, «Gran Hermano» también ha visto finales dominadas por mujeres, como ocurrió en su octava y decimoquinta edición, demostrando la diversidad de resultados que el formato es capaz de ofrecer.

La falta de representación femenina en la etapa final de este año suma un capítulo más a la extensa narrativa de «Gran Hermano», un show que no deja de sorprender y generar discusión entre sus seguidores. A lo largo de los años, el programa ha presentado una variada composición en sus finales, incluyendo ediciones donde las mujeres han ocupado los puestos más altos, destacando en este aspecto tanto en las versiones de concursantes anónimos como en las ediciones VIP.

Mientras que «Gran Hermano» continúa siendo un espejo de la sociedad en muchos aspectos, la final de este año subraya la necesidad de seguir reflexionando sobre la representatividad y la dinámica de género dentro del universo de los reality shows, una conversación que, sin duda, seguirá evolucionando en las próximas ediciones.