Desde su debut hace casi dos décadas y media, ‘Gran Hermano’ ha ejercido una influencia inigualable en el panorama televisivo español, erigiéndose como predecesor de una amplia gama de formatos de telerrealidad. Su llegada al canal Telecinco el 23 de abril del año 2000, marcó el inicio de una era revolucionaria en la televisión española, con una propuesta fresca que cautivó a una audiencia masiva. Inspirándose en el concepto neerlandés de ‘Big Brother’, el programa introdujo a los espectadores en una dinámica innovadora: diez concursantes, divididos equitativamente entre hombres y mujeres, cohabitando en una casa vigilada por cámaras durante las 24 horas del día, todos los días, con el desafío de permanecer en ella el mayor tiempo posible mientras eran sometidos a diversas pruebas.
Esta premisa, aunque simple, detonó un fenómeno televisivo sin precedentes. Los jueves, día de gala, se convirtieron en un evento televisivo de primera magnitud, con audiencias que rompían récords y mantenían a millones de españoles pegados a sus pantallas, expectantes ante la evolución de la convivencia y las expulsiones. Los participantes de esta edición inicial, y en especial el ganador Ismael Beiro, no solo se convirtieron en celebridades overnight, sino que algunos de ellos lograron trascender el marco del programa para construir carreras en el mundo del entretenimiento.
La fórmula de ‘Gran Hermano’, pese a la inevitable disminución de audiencia con el paso del tiempo, ha demostrado ser uno de los conceptos más revolucionarios y duraderos de la televisión española. Su impacto ha sido tal que ha requerido de presentadores que estuviesen a la altura de tal fenómeno, cada uno aportando su sello personal al desarrollo del programa a lo largo de los años. Con todo, ‘Gran Hermano’ sigue siendo un referente indiscutible en la historia de la televisión en España, marcando el inicio de una nueva forma de entender y consumir la telerrealidad.