En un reciente episodio del programa de Telecinco, «Vamos a ver», Joaquín Prat, el presentador, tuvo un tenso intercambio con Alejandra Rubio, una de las colaboradoras del show y parte de la notable familia Campos. Prat confrontó a Rubio sobre su actitud defensiva y su comportamiento, tanto en el programa como en sus actividades fuera de él, destacando un video que Rubio y su pareja, Carlo Costanzia, publicaron en apoyo a sus hermanos encarcelados en Turín por intento de homicidio.
Prat expresó su descontento directamente a Rubio, reprobando la manera en que parece tratar el programa y a sus colaboradores como adversarios, pese a que siempre se le ha tratado bien dentro del equipo. Esta confrontación ha suscitado un debate en redes sociales y entre los espectadores, provocando que muchos reflexionen sobre cómo las personalidades mediáticas manejan asuntos delicados.
Alessandro Lequio, otro colaborador de «Vamos a ver», criticó también las acciones de Rubio, acusándola de intentar trivializar un delito grave con el mencionado video. Por su lado, Prat no escatimó en mostrar su descontento sobre el tipo de contenido que Rubio aporta al programa, lo que añadió más leña al fuego en la discusión sobre la relación entre la vida privada de las figuras públicas y su profesionalismo mediático.
Este momento ha sido un punto de inflexión para «Vamos a ver», planteando cuestiones sobre la complejidad de trabajar con personalidades que poseen un perfil público activo y en ocasiones controversial. La franca intervención de Prat podría establecer un nuevo precedente en cómo se gestionan los desacuerdos y críticas en el ámbito televisivo, enfocándose no sólo en la confrontación sino también en incentivar una autoreflexión sobre el papel de cada individuo dentro de este espacio mediático. Este episodio resalta la tensión latente en la interacción entre la esfera pública y privada de los personajes mediáticos y cómo estos manejan su imagen frente a la audiencia y sus colegas.