Este miércoles, miles de taxistas en toda España han salido a manifestarse en varias ciudades, incluidas Madrid y Barcelona, en respuesta a las disparadas tarifas de las pólizas de seguros que afectan su actividad. Las protestas reflejan una profunda preocupación por lo que consideran precios «abusivos e injustificados» por parte de las compañías aseguradoras, lo que pone en peligro la sostenibilidad del servicio de taxi.
En Madrid, alrededor de 3,000 taxistas organizaron una marcha caracterizada por su tono festivo pero firme. La convocatoria comenzó frente al Ministerio de Transportes, ubicado en el Paseo de la Castellana, y posteriormente se trasladó hacia el Ministerio de Economía. Julio Sanz, presidente de la asociación Antaxi, expresó el «desamparo» del sector, denunciando que muchas aseguradoras están ofreciendo renovaciones de pólizas que superan los 7,000 euros anuales, llegando incluso a 14,000 euros en algunos casos, lo que obliga a muchos a dejar su trabajo.
Además, los taxistas exigen al gobierno y a las administraciones públicas que establezcan límites claros sobre el aumento de las tarifas de las pólizas, sugiriendo que los incrementos no deberían exceder el Índice de Precios al Consumidor (IPC) anual. También piden que el sector del taxi sea excluido de las generalidades del cálculo de riesgos de los servicios de transporte urbano, argumentando que la siniestralidad es considerablemente menor en comparación con los Vehículos de Transporte con Conductor (VTC).
En Barcelona, la protesta tomó un giro más disruptivo con miles de taxis marchando lentamente desde el Aeropuerto de Barcelona-El Prat hacia las rondas de Dalt y Litoral. Esta acción, llamada operación Candado y liderada por la asociación Élite Taxi, busca atraer la atención sobre la crisis que enfrenta el sector, alterando la movilidad en la ciudad durante la mañana.
El aumento de las movilizaciones pone de manifiesto un descontento creciente entre los profesionales del taxi, quienes consideran que su supervivencia está amenazada por las políticas de precios excesivos impuestas por las aseguradoras. Además de las demandas ya mencionadas, los taxistas piden mayor transparencia y un acceso más ágil al Consorcio de Compensación de Seguros, especialmente para aquellos a quienes se les ha negado la cobertura.
La respuesta de las autoridades y las aseguradoras a estas demandas será decisiva para el futuro inmediato de un sector que, a pesar de su relevancia como servicio público en el tejido urbano y rural del país, se siente cada vez más en peligro de extinción.