El aumento de las temperaturas durante el verano está obligando a España a reconsiderar la manera en que se gestionan los entornos laborales. A pesar de los retos climáticos, solo el 25% de los trabajadores españoles pueden optar por el trabajo remoto, una opción que se ha vuelto crucial frente al calor extremo. Expertos en salud laboral recomiendan ahora estrategias para mejorar el bienestar térmico en el trabajo.
El calor no solo genera incomodidad, sino que también afecta la productividad y concentración de los empleados. La Agencia Estatal de Meteorología advierte que este verano será especialmente caluroso, intensificando la búsqueda de soluciones efectivas para reducir su impacto. Aunque medidas como la jornada intensiva y el teletrabajo se vuelven más comunes, no son suficientes.
Un análisis reciente muestra que España está rezagada en comparación con países como Suiza o el Reino Unido en cuanto a flexibilidad laboral. Amira Bueno, directora de Recursos Humanos de Cigna Healthcare, enfatiza que ofrecer condiciones laborales flexibles no solo mejora la vida de los empleados, sino que también beneficia el rendimiento de toda la organización. Crear espacios que reduzcan el estrés térmico es vital para prevenir problemas de salud.
Para adaptarse al calor sin comprometer la salud ni la productividad, los expertos sugieren regular la climatización entre 24 y 26 grados y asegurar un fácil acceso al agua. Además, las empresas deben implementar programas para informar sobre los signos de agotamiento térmico y considerar el impacto del calor en la salud mental. Crear momentos de desconexión y ajustar la carga de trabajo en las horas menos calurosas son pasos fundamentales.
Fomentar una cultura laboral resiliente requiere limitar las reuniones en las horas de mayor calor y promover prácticas sostenibles, como el uso compartido de vehículos. Estas acciones no solo protegen la salud de los empleados, sino que también mantienen la productividad durante todo el año, independientemente del clima.