En un movimiento tan inesperado como emotivo para la televisión española, el veterano concurso «Saber y ganar», que ha adornado la programación de La 2 de Televisión Española durante casi tres décadas, abraza una era de cambio con una serie de actualizaciones significativas tanto en formato como en presentación. El plató del programa, conocido por poner a prueba los límites del conocimiento de sus participantes, luce ahora renovado junto con un cambio significativo en su dirección: Jordi Hurtado, el que fuera rostro icónico del concurso durante años, pasa ahora el testigo a Rodrigo Vázquez, marcando una nueva etapa en su historia.
Este cambio se ha celebrado con entregas especiales en horario de máxima audiencia, donde Vázquez toma las riendas de las ediciones de fin de semana, un ajuste que altera la dinámica habitual del programa y añade frescura a su larga trayectoria televisiva. Pero no sólo Jordi Hurtado cede su espacio; Pilar Vázquez, su compañera de pantalla, también se despide para dar paso a Núria Ramírez, quien asumirá un papel crucial en el dinamismo del concurso.
Parte de la esencia de «Saber y ganar» ha sido su capacidad para mantenerse fiel a sus raíces a lo largo de los años. Desde los primeros días, con Elisenda Roca marcando el inicio del programa, hasta la inconfundible voz de Juanjo Cardenal, cuyo tono calmo pero determinante definió el sonido del concurso hasta su despedida en 2021 tras 24 temporadas. En un homenaje a su legado, el programa mantuvo su voz en las aperturas de cada emisión hasta el 3 de septiembre de este año, un gesto que solidifica su importancia en la memoria colectiva del programa.
Abrazando la innovación, «Saber y ganar» introduce «Descubriendo», una nueva prueba que promete inyectar un extra de emoción y desafío para los concursantes. Esta prueba, junto con una actualización estética en el plató, rótulos y diseño gráfico, marca una evolución significativa en la presentación del concurso. Además, «El reto», una de las pruebas icónicas del programa, adquiere un nuevo dinamismo al desplazarse al centro del plató, frente a un gran pantalla que promete una experiencia más inmersiva para los participantes.
Este reajuste ha generado una mezcla de sensaciones entre la audiencia, creando un ambiente agridulce. Por un lado, hay una palpable emoción por las novedades y la anticipación de cómo estas llevarán al programa hacia adelante. Por otro lado, el adiós de Hurtado evoca una fuerte nota de nostalgia, recordatorio de cómo ha sido, para muchos, más que un simple presentador: un ícono de la cultura televisiva española. La nueva etapa de «Saber y ganar» invita a los espectadores a ser testigos de cómo un programa querido se adapta a los tiempos modernos manteniendo la esencia de su encanto.