Cada día, en España, se desperdicia hasta un 3% de productos frescos dentro del sector distribución. Este alarmante dato se desprende de un estudio sobre desperdicio alimentario elaborado por la consultora Nielsen. Según el informe, el desperdicio de productos frescos alcanza la cifra de 128 millones de kilos que nunca llegan a ser puestos en venta, lo que se traduce en más de 484 millones de euros en pérdidas.
La sección más afectada es la pescadería, con un 5,5% de sus ventas desperdiciadas. Le siguen las frutas y verduras con el 3,2% y la carne con un 2,7%. El desperdicio alimentario se refiere a aquellos productos frescos no aptos para la venta en los establecimientos de libre servicio. El estudio de Nielsen los clasifica en tres categorías: mermas, productos próximos a caducar y productos caducados o que han superado la fecha de preferencia.
A pesar de la complejidad de gestionar productos con una vida útil corta y condiciones de conservación específicas, el sector de la distribución está haciendo esfuerzos en la reducción del desperdicio alimentario. Según los encuestados, el 44% considera que el desperdicio alimentario ha disminuido respecto a hace tres años; un 34% cree que se mantiene igual, un 11% ve una significativa reducción y otro 11% opina que ha aumentado. Además, el 62% afirma que ahora se recupera o reutiliza más el desperdicio.
Sin embargo, el 49% de los productos aptos para el consumo termina en la basura, solo el 27% se recicla o reutiliza, y el 24% se dona a bancos de alimentos u organizaciones similares. Los productos cárnicos y el pescado son menos reutilizados que las frutas y verduras debido a sus exigencias de conservación. Un 88% de los productos cárnicos y el 75% del pescado se desechan por seguridad alimentaria, en comparación con el 50% de frutas y verduras.
La donación de alimentos con algún tipo de merma es una de las estrategias más beneficiosas para la gestión de residuos por parte de las cadenas. Permite evitar la logística inversa, optimizar costos, mejorar la imagen de la cadena y la motivación del personal, al tiempo que reduce las emisiones.
En cuanto al origen del desperdicio, el 33% de los encuestados señala que se produce por la manipulación del personal en la sala de ventas. El 22% cree que es causado por el consumidor durante la compra y otro 22% durante la colocación del producto. El autoservicio representa el principal generador de residuos en frutas y verduras, produciendo el 75% del desperdicio total de estos productos. Las carnes y pescados no registran mermas en este tipo de venta, pero las pérdidas se deben principalmente a la manipulación necesaria para preparar y limpiar las piezas. La venta asistida representa el 88% del desperdicio en productos cárnicos frescos y el 50% en pescadería.
El 38% de las cadenas ya ha implantado soluciones tecnológicas para combatir el desperdicio de productos frescos. Mientras tanto, el 62% restante aún no lo ha hecho, aunque un 20% de este grupo está en proceso de buscar soluciones, y el 80% restante no ha profundizado en esta tecnología.
