El productor musical y ex miembro de Mecano, Nacho Cano, se ve envuelto en controversia al revelarse que ha contratado a varios inmigrantes en situación irregular, quienes, desde mayo pasado, habían sido notificados para abandonar España. Esta situación ha levantado múltiples críticas hacia las prácticas laborales de Cano, planteando serios cuestionamientos sobre explotación y abuso laboral.
Los inmigrantes, que fueron contratados bajo contexto de poseer estatus de estudiantes, recibían unudi salario de apenas 500 euros al mes, lo que destaca una crítica situación de vulnerabilidad. Además, estos trabajadores ni recibieron la notificación de expulsión ni cumplían con los requisitos académicos para justificar su estatus, ya que, en lugar de estar matriculados en estudios, fueron asignados a diferentes tareas laborales que infringían las condiciones de sus visados.
Otro factor preocupante en este caso es la presunta organización de instrucciones dadas a los inmigrantes sobre qué declarar en la frontera para facilitar su ingreso a España como estudiantes, una estrategia que apunta a un esquema premeditado para burlar los controles migratorios.
Este escándalo ha provocado un amplio repudio por parte de la opinión pública y entidades de derechos humanos, las cuales demandan una exhaustiva investigación y la aplicación de la justicia, enfocándose no solo en la situación de los trabajadores afectados sino también en el posible entramado de engaño para su ingreso al país.
Por su parte, Nacho Cano ha negado tener conocimiento sobre la situación irregular de los trabajadores, generando aún más debate sobre la responsabilidad y ética en el manejo de contrataciones, reabriendo el debate sobre las condiciones de los inmigrantes en España y la eficacia de los controles migratorios. Este caso pone de manifiesto la urgente necesidad de medidas más firmes para proteger a los trabajadores y regular las condiciones laborales, evitando así futuros casos de explotación.