En un giro inesperado en el ámbito de la inteligencia artificial, OpenAI se ha visto en el centro de un debate sobre la ética y la originalidad de las voces digitales. El gigante de la IA ha tomado medidas considerables tras la reciente polémica que sugiere que la voz «Sky» de ChatGPT guarda una similitud notable con la voz de la aclamada actriz Scarlett Johansson, conocida por su rica filmografía y su icónico timbre vocal.
La compañía se apresuró a abordar las inquietudes, entrando en diálogo con el equipo de Johansson, en un intento por clarificar las incertidumbres y mantener intacta la confianza de su usuario. Joanne Jang, una de las líderes en OpenAI, expresó la importancia de tomar en serio las preocupaciones de la comunidad, enfatizando el compromiso de la compañía con la transparencia y la responsabilidad.
Scarlett Johansson reveló en una declaración que, aunque tuvo un acercamiento por parte de Sam Altman, CEO de OpenAI, para prestar su voz al sistema ChatGPT 4.0, decidió no participar en el proyecto por razones personales. La similitud entre su voz y la del asistente de IA «Sky» ha causado una ola de reacciones, tanto de su entorno más cercano como de la audiencia en general, lo que ha llevado a la organización a retirar esta voz predeterminada de su plataforma.
Este incidente ha desatado un importante debate sobre la replicación de voces humanas por parte de sistemas de inteligencia artificial y cuán lejos debería llegar esta tecnología en imitar aspectos tan personales y únicos. OpenAI, por su lado, asegura que la creación de «Sky» no intentaba replicar deliberadamente a Johansson, especialmente haciendo hincapié en su interpretación en la película «Her», donde le da vida a un sistema operativo inteligente.
La inclusión de voces en ChatGPT, que comenzó el año pasado, ha sido parte de los esfuerzos de la compañía para hacer sus asistentes de voz más expresivos y personalizables. Los usuarios tienen la opción de configurar la personalidad de su asistente virtual, desde una presencia animada hasta una más tranquila, lo que refleja el objetivo de OpenAI de ofrecer una experiencia más natural y a medida para cada usuario.
Este reciente episodio subraya la creciente preocupación en torno a la autenticidad y la originalidad en la era digital, desafiando a las empresas de tecnología a navegar cuidadosamente entre la innovación y el respeto por la individualidad. La respuesta de OpenAI ante este incidente será, sin duda, un tema de estudio para los futuros desarrollos en el campo de la inteligencia artificial y la interacción humana.
