En una reciente gala navideña celebrada en la Moncloa, el conocido presentador Risto Mejide ha dejado una huella imborrable con su presencia y las declaraciones posteriores sobre su breve pero intenso intercambio con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Lo que parecía ser un encuentro protocolario más entre la esfera política y mediática, se ha convertido en el centro de todas las miradas tras la revelación de Mejide sobre la naturaleza de su conversación con el presidente.
Durante su aparición en el programa «Todo es mentira», Mejide no ha tardado en compartir su experiencia, calificando la interacción de «fría y sorprendente» y dejando claro que fue una conversación unidireccional. Lo más destacado vino después, cuando un asistente del presidente se acercó al presentador para ofrecerle unas disculpas inesperadas por parte de Sánchez, algo que Mejide rápidamente desestimó alegando que no se consideraba merecedor de tal gesto.
Además de relatar el breve intercambio, Mejide ha compartido su percepción de un comentario realizado por el presidente: «Que conste que yo no te he invitado, te ha invitado ella», aparentemente intentando añadir un toque de humor que, sin embargo, pareció carecer del tono jocoso esperado. Este incidente ha resaltado no solo lo que se dijo, sino el cómo, marcando profundamente al presentador.
Por otro lado, Mejide ha querido expresar su agradecimiento hacia los organizadores del evento, subrayando la atención recibida por parte de Lydia del Canto, secretaria de Comunicación. A pesar del ambiente cargado de potencial confrontación, el presentador ha mostrado su intención de no alimentar disputas personales, lo que habla de su búsqueda de mantener la profesionalidad por encima del espectáculo mediático.
La visita de Mejide a la Moncloa ha estado llena de anécdotas, desde su llegada en un coche de producción hasta la mención de la escasa seguridad, hechos que han enriquecido su narrativa con un característico toque de ironía. El presentador ha utilizado este momento para manifestar sus inquietudes y observaciones, convirtiendo lo que podría haber sido un encuentro más en una ocasión para reflexionar sobre la dinámica entre la política, los medios y cómo se perciben ambos en la sociedad actual.
Este episodio no solo reafirma la habilidad de Mejide para ocupar titulares y generar conversación alrededor de sus intervenciones, sino que también evidencia la compleja relación entre figuras públicas de distintos ámbitos y cómo estos encuentros pueden dejar un sello duradero tanto en sus protagonistas como en la audiencia.


