En las últimas jornadas, una inusual práctica ha cobrado fuerza en las redes sociales, causando intriga entre muchos internautas: agregar un puñado de sal en el inodoro antes de dormir. Aunque a primera vista podría ser considerada una mera rareza o un consejo peculiar, quienes han seguido esta técnica aseguran haber notado efectos sorprendentes al amanecer siguiente.
La curiosa actividad de esparcir sal en el inodoro se fundamenta en la creencia popular de que este mineral posee atributos especiales capaces de mejorar la higiene del cuarto de baño y mitigar olores desagradables. Proponentes de esta práctica sostienen que la sal ayuda en la descomposición de residuos y contribuye a mantener el inodoro más limpio, ofreciéndose así como una ventaja en las rutinas diarias de aseo.
Lo llamativo es que los beneficios parecen exceder lo puramente higiénico. Usuarios de plataformas como TikTok y Facebook han compartido sus testimonios, alegando que la sal no solo elimina olores, sino que en múltiples ocasiones actúa como un «purificador» ambiental. Al levantarse, muchos experimentan una frescura inusual en el cuarto de baño, además de notar una considerable reducción en los olores desagradables comúnmente asociados a este lugar.
La tendencia ha suscitado el interés de expertos en limpieza y mantenimiento del hogar, quienes han comenzado a investigar los efectos del uso de sal en el sanitario. Algunos sugieren que al interactuar con el agua y los restos acumulados, la sal podría descomponer ciertos compuestos causantes de olores, pero advierten no considerarlo un sustituto para la limpieza habitual.
Por otro lado, hay voces críticas que han puesto en tela de juicio la efectividad real de esta técnica, proponiendo que podría tratarse de un efecto placebo o de una interpretación subjetiva de los resultados. De todos modos, este fenómeno ha capturado la atención de aquellos que buscan métodos alternativos para el cuidado del hogar, así como de los aficionados a probar nuevos consejos de «hackeo» doméstico.
A pesar de la falta de evidencia científica que respalde los efectos reportados, la curiosidad generada por esta práctica ha impulsado a muchos a experimentar por sí mismos. Así, entre la sorpresa y las risas, quienes deciden espolvorear un puñado de sal en el inodoro antes de irse a dormir, despiertan cada día con una interrogante: ¿realmente funcionará? Lo cierto es que, en tiempos donde se persiguen constantemente soluciones simples y efectivas para asuntos del hogar, esta tendencia ha logrado capturar la imaginación de muchos.
