Con el fin del verano no es necesario que nuestros espacios exteriores pierdan su atractivo. Al llegar el otoño, es posible adaptar jardines y terrazas para continuar disfrutándolos sin hacer grandes inversiones, con un enfoque económico y creativo.
Una forma efectiva de dar la bienvenida al otoño es incorporar elementos naturales que reflejen los colores de la estación. Hojas secas, piñas y ramas, recolectadas durante paseos, pueden servir para crear centros de mesa, adornos o guirnaldas decorativas.
Reorganizar los muebles también ofrece una nueva perspectiva. Al mover sillas, mesas y cojines se puede lograr un ambiente acogedor para las tardes frescas. Añadir mantas y cojines de tejidos más cálidos contribuye a hacer el espacio más confortable.
La pintura es otra solución económica. Transformar un mobiliario desgastado con nuevos colores puede hacer que resalte en el entorno natural. Tonos cálidos como naranjas y marrones evocan el otoño e integran el espacio con la estación.
Incorporar plantas de temporada es una excelente alternativa. Margaritas y crisantemos añaden color y vida, y pueden encontrarse a precios accesibles en viveros o mercados locales.
Con estos pequeños cambios, es posible renovar el entorno exterior sin grandes gastos. La clave está en usar lo que ya tenemos, haciendo pequeñas modificaciones que resalten la belleza de la temporada. Aunque el verano termine, nuestros espacios exteriores pueden mantenerse vibrantes y acogedores.