En un hito histórico para la Unión Europea, las energías renovables han logrado superar por primera vez a los combustibles fósiles en la generación de electricidad. El análisis realizado por Ember revela que durante la primera mitad de 2024, la energía solar y eólica juntas han contribuido con el 30% de la electricidad en el continente, marcando un punto de inflexión en la lucha contra el cambio climático y la dependencia de energías contaminantes.
Este cambio estructural en el panorama energético se ha visto con especial intensidad en países como Alemania, Bélgica, Hungría y los Países Bajos, los cuales han registrado cifras récord en la producción de energía a partir de fuentes renovables. En un escenario nacional destacado, España vio cómo en el mes de mayo, las energías renovables componían el 50% de su generación eléctrica, una cifra sin precedentes que subraya el rápido avance hacia la sostenibilidad.
Por otro lado, el declive de los combustibles fósiles es palpable, con una disminución del 17% en su contribución a la producción eléctrica de la UE, representando tan solo el 27% en este mismo periodo. Este retroceso se ha acelerado notablemente a pesar de los desafíos impuestos por la crisis del COVID-19 y las fluctuaciones en el precio del gas de años anteriores, donde tanto el carbón como el gas natural han visto reducciones en su uso del 24% y 14% respectivamente.
Mirando hacia el futuro, Europa se consolida en su compromiso por un modelo energético más limpio y sostenible, apoyado por inversiones récord en tecnologías de energía fotovoltaica. Esta tendencia hacia la energía limpia no es exclusiva del continente europeo; Estados como California y Texas en los Estados Unidos están avanzando con pasos agigantados hacia la independencia energética mediante la producción de energía solar.
En este contexto global, China ha emergido como un actor dominante en la producción de tecnologías solares y eólicas, aunque enfrenta el desafío de gestionar los residuos generados por estos equipos. Sin embargo, el impacto positivo de la transición hacia las energías renovables es innegable, configurando un futuro donde la electricidad proviene cada vez más de fuentes limpias y sostenibles.
El progreso de la Unión Europea hacia las energías renovables no solo demuestra un cambio significativo en la generación de electricidad, sino que también señala el comienzo de una era dominada por la solar y la eólica. Este movimiento hacia un futuro energético verde promete reducir la dependencia de los combustibles fósiles, marcando un paso adelante hacia un mundo más limpio y sostenible.