En el marco de su programa «Y ahora Sonsoles», la reconocida presentadora Sonsoles Ónega ha puesto de manifiesto su preocupación por el actual panorama de descontrol en las redes sociales, espacios que considera carecen de las regulaciones necesarias. En una interesante tertulia reciente, la conversación viró hacia la idoneidad de que las figuras públicas compartan momentos de su vida privada, como es el caso de sus hijos, en plataformas como Instagram o TikTok. Aprovechando la discusión, Ónega diferenció claramente el contenido que se produce en los medios tradicionales del generado en el ecosistema digital, marcando una línea entre ambos mundos.
La charla se intensificó al abordar la elección de Ricky Martin de hacer partícipes a sus hijos en sus espectáculos, lo que generó un abanico de opiniones entre los colaboradores. Paloma García-Pelayo, enfatizando la necesidad de entender las diferencias entre un escenario controlado y la imprevisibilidad de las redes, defendió la importancia que tiene para algunos artistas compartir su vida familiar con el público, un acto que, según ella, trasciende lo meramente superficial.
Ónega, no satisfecha con solo opinar, profundizó en el papel que desempeñan los medios de comunicación frente a las redes sociales. Destacó que, a diferencia de las plataformas digitales, donde la viralidad se alcanza sin filtros, los medios tradicionales suelen ejercer un mayor control y seguir estándares que buscan proteger tanto a la audiencia como a los involucrados, subrayando la importancia de un entorno seguro.
Este enfoque es especialmente relevante en un contexto mediático dominado por programas que, como «La casa de los gemelos 2», capturan masivamente la atención y generan debate sobre qué contenidos deberían permitirse o no en plataformas digitales.
En este sentido, Sonsoles Ónega se posiciona junto a otras figuras del medio, como Patricia Pardo, criticando las dinámicas que surgen en estos nuevos formatos de entretenimiento y abogando por una reflexión más profunda sobre el uso de las redes sociales. Su llamamiento a considerar con responsabilidad dónde y cómo debería establecerse la línea entre lo privado y lo público, especialmente en relación con los niños, resuena en un momento donde la exposición indiscriminada puede tener efectos nocivos.
Así, Ónega se convierte en una vocera de la necesidad de crear un entorno digital más seguro y saludable, instando a una mayor conciencia sobre la influencia y el impacto de nuestra presencia online en las generaciones futuras. Una postura que invita a reflexionar sobre el papel que cada uno juega en la construcción de un espacio digital más responsable y protegido.



