En un reciente episodio que ha suscitado polémica en los medios de comunicación y el ámbito político, la Radio Galega ha estado en el centro de acusaciones de manipulación mediática tras editar un discurso de Alberto Núñez Feijóo, el presidente del Partido Popular (PP), durante su intervención en el Congreso de los Diputados. El líder del PP sufrió un lapsus mientras abordaba la crisis diplomática con Argentina, un error que fue cuidadosamente eliminado de la transmisión de la emisora pública.
El incidente tuvo lugar cuando Feijóo, en un intento de criticar al Gobierno, se equivocó al declarar que es necesario «cesar a su ministro de Exteriores por haber puesto los intereses de España por encima de los intereses del Partido Socialista». La equivocación, que rápidamente corrigió, provocó la risa y el aplauso de los presentes en el hemiciclo, especialmente entre los miembros del PSOE. Sin embargo, este momento no llegó a los oyentes de la Radio Galega, quienes escucharon una versión editada del discurso que omitía por completo el lapsus.
La manipulación no se detuvo aquí. Durante el informativo central del medio día, se excluyó cualquier mención a la petición de dimisión del ministro de Exteriores lanzada por Feijóo. Aunque la parte corregida del discurso se incluyó en la edición de las 14:00 horas en el programa A Crónica, la edición previa del error sugiere un esfuerzo deliberado por preservar la imagen del presidente del PP, afectando potencialmente la transparencia y la objetividad que se espera de los medios públicos.
Esta situación ha provocado una ola de críticas hacia la Radio Galega, acusándola de censura y de mostrar una cobertura sesgada. Observadores y críticos argumentan que este acto de manipulación mediática pone en tela de juicio la independencia de los medios públicos gallegos y sus políticas editoriales. A su vez, este evento ha alimentado el debate sobre la relación entre los medios de comunicación y el poder político, así como su impacto en el proceso democrático y en el derecho de los ciudadanos a estar plenamente informados.
El papel de los medios de comunicación en una democracia se funda en la transparencia y la objetividad, siendo esencial para el mantenimiento de una sociedad informada y participativa. Incidentes como este subrayan la necesidad de vigilancia continua y debate sobre la independencia de los medios, especialmente aquellos financiados con fondos públicos, y el papel crucial que juegan en la representación fidedigna de los hechos políticos y sociales.
