Con la llegada de la temporada estival, la temperatura en las oficinas se convierte en un tema de discusión recurrente. Lograr un entorno térmico adecuado es fundamental para garantizar no solo el bienestar de los trabajadores, sino también un espacio de trabajo seguro y eficiente. Quirón Prevención, especialista en riesgos laborales, enfatiza la necesidad de encontrar un equilibrio térmico óptimo.
Conforme al Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST), la comodidad térmica se alcanza cuando las personas no sienten calor o frío extremos y se encuentran en un rango de temperatura adecuado para sus tareas. Factores como la temperatura operativa, la humedad relativa y la velocidad del aire son determinantes y deben ser gestionados en conjunto.
No obstante, satisfacer las necesidades térmicas de todos es un desafío, dado que la percepción del clima es subjetiva. Quirón Prevención apunta a mantener la insatisfacción térmica debajo del 10%, lo cual es alcanzable siguiendo parámetros establecidos. En verano, la temperatura operativa ideal debería oscilar entre 23 y 26 ºC, y en invierno entre 20 y 24 ºC, con una humedad entre un 30 y 70%.
El Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios (RITE) propone márgenes más exactos, sugiriendo temperaturas de 23 a 25 ºC en verano y de 21 a 23 ºC en invierno, además de gestionar la humedad en un rango específico.
Quirón Prevención subraya que, aunque el control de la temperatura pueda parecer trivial, su impacto en productividad y salud es considerable. En verano, el aire acondicionado puede crear contrastes que influyen negativamente en el confort, por lo que es crucial establecer políticas claras de confort térmico basadas en normativas y datos fiables.
La gestión activa del confort ambiental, junto a la sensibilización de los empleados y una revisión periódica de las condiciones de climatización, son prácticas esenciales según la compañía. Estos esfuerzos reflejan la misión de Quirón Prevención de ser líder en prevenir riesgos laborales, sustentando su labor no solo en el apoyo a empresas, sino también en promover una cultura empresarial centrada en la prevención, el bienestar y el rendimiento eficiente de sus profesionales.