La reciente revelación de los 16 artistas que competirán por representar a España en el próximo Eurovisión 2024, llevada a cabo en el Benidorm Fest, ha generado un considerable revuelo. Entre los nombres excluidos de la lista, los de Víctor Sandoval y Marta Riesco resaltan, desencadenando una controversia que escaló rápidamente durante una emisión del programa ‘Ni que fuéramos’. Un debate inicial sobre la calidad musical de los artistas no seleccionados se transformó en una discusión acalorada, marcada por un incidente protagonizado por Sandoval.
Vestido de faraón y armado con un cetro, Sandoval encaró de manera vehemente al periodista Juanma Fernández y a Marta Riesco, elevando la tensión en plató a niveles insostenibles. La situación llegó a un punto crítico cuando Riesco pidió la expulsión de Sandoval del programa, tras recibir comentarios de este que fueron calificados por la audiencia y sus compañeros de inaceptables. La controversia atravesó las pantallas, generando un gran clamor en las redes sociales que pedían la salida de Sandoval.
Debido a la presión social, Sandoval abandonó el plató, aunque más tarde regresó para ofrecer disculpas, asegurando que nunca tuvo la intención de ofender a nadie y reconociendo su malestar con la situación creada. Sin embargo, la disculpa no aplacó completamente la situación. Los demás miembros del programa y la dirección reafirmaron su compromiso en contra del machismo y la violencia de género, condenando la actitud mostrada por Sandoval.
Este incidente ha reabierto el debate sobre los límites del entretenimiento televisivo y la responsabilidad de los medios en fomentar un ambiente respetuoso y tolerante, libre de discriminación. La cadena televisiva y el programa enfrentan ahora el reto de gestionar las repercusiones de este suceso, asegurando que comportamientos como el de Sandoval no se repitan en el futuro, comprometiéndose con un espacio donde prevalezca el respeto mutuo.