El presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, ha dado a conocer un ambicioso plan que incluye nueve medidas diseñadas para abordar la crisis humanitaria en Gaza. Este conjunto de acciones, que representa un cambio significativo en la postura española, busca frenar lo que se ha calificado como genocidio en la región y ampliar el apoyo a la población palestina.

Las medidas anunciadas abarcan diversas áreas, entre las que se encuentran decisiones diplomáticas, comerciales, militares y humanitarias. Una de las acciones más destacadas es el embargo de armas a Israel, que prohíbe a las empresas españolas vender cualquier tipo de material bélico al país. Además, se implementará una prohibición de entrada a puertos españoles para barcos que transporten combustibles destinados a las fuerzas armadas israelíes, así como la denegación de acceso al espacio aéreo español para aeronaves que transporten material de defensa para Israel.

Otras iniciativas incluyen restricciones de entrada a España para personas que hayan estado involucradas en crímenes de guerra, un veto a la importación de productos provenientes de asentamientos ilegales en Gaza y Cisjordania, y una limitación en los servicios consulares para ciudadanos españoles en estos asentamientos.

Con estas acciones, España se alinea con una creciente presión internacional que demanda sanciones efectivas contra Israel. Sánchez ha enfatizado que estas decisiones no son meramente diplomáticas, sino que constituyen una obligación humanitaria y un respeto al derecho internacional. En sus declaraciones, el presidente dejó claro que España «no puede ser cómplice ni por acción ni por omisión», buscando así establecer un precedente dentro de la Unión Europea en cuanto al tratamiento de esta crisis.