Me Ha Tocado la Lotería: Cómo Solicitar una Excedencia Voluntaria en España Sin Dañar Relaciones


Imagina que un día, después de recibir una sumatoria inesperada de dinero, decides que es hora de poner tu vida en pausa. Esta idea, que a muchos les puede parecer un sueño, es posible en España mediante la figura de la excedencia voluntaria, una herramienta legal que permite a los trabajadores suspender su contrato sin renunciar a su puesto, aunque sin cobrar un salario durante ese tiempo.

La excedencia voluntaria es una opción para aquellos que necesitan un respiro: ya sea para aprender algo nuevo, emprender un proyecto personal o simplemente para recargar energías. Se puede solicitar después de un año de antigüedad en la empresa, con una duración que oscila entre cuatro meses y cinco años. Aunque no hay obligación de que la empresa te ofrezca el puesto al regresar, tienes preferencia para ser readmitido si existe una vacante.

Sin embargo, es fundamental tener claras las diferencias entre esta figura y otras excedencias, como las que abarcan el cuidado de un hijo o familiar, las cuales sí cuentan con reservas de puesto. En el caso de la excedencia voluntaria, la flexibilidad es mayor pero también lo son los riesgos: sin salario, sin cotización y con la incertidumbre de la reintegración a tu puesto una vez finalizado el periodo.

Las ventajas son claras. Un año fuera de la rutina laboral puede abrir la puerta a oportunidades de aprendizaje y crecimiento personal, como aprender un nuevo idioma o culminar una certificación profesional. Pero es vital conocer las desventajas y planificar adecuadamente: tener un colchón financiero y una hoja de ruta clara son elementos cruciales para que esta elección no se convierta en un lastre.

Durante el periodo de excedencia, no estás impedido para trabajar, siempre que no compitas deslealmente con tu empresa actual. Este hecho puede ser una excelente oportunidad para probar un negocio o desarrollar nuevas habilidades sin poner en riesgo tu situación laboral original.

Pedir una excedencia requiere seguir ciertos pasos que, aunque pueden parecer engorrosos, garantizan que el proceso sea lo más fluido posible. Desde leer el convenio colectivo hasta enviar la solicitud de manera fehaciente, cada detalle es importante para evitar conflictos futuros. Además, no olvides dejar todo en orden en la empresa antes de marcharte. Comunicar tus intenciones de forma clara y sin rodeos puede facilitar el camino tanto para ti como para tu empleador.

Al finalizar la excedencia, deberás solicitar tu reingreso y prepararte para demostrar el valor que has añadido a tu perfil profesional durante tu tiempo fuera. Con la preparación adecuada y un buen manejo de la comunicación, este año sabático tiene el potencial de ser un regreso triunfante, lleno de nuevas experiencias y habilidades que refuercen tu trayectoria laboral.

Por tanto, si alguna vez te encuentras en la encrucijada de hacer una pausa en tu vida laboral para explorar nuevas oportunidades, recuerda que la excedencia voluntaria es una opción a tu alcance. Con una planificación cuidadosa y expectativas realistas, puede ser el catalizador que te permita volver a tu trabajo con una nueva perspectiva y muchas más herramientas para aportar.

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