En los últimos años, se ha observado un notable cambio en la tendencia de maternidad, con un creciente número de mujeres eligiendo tener hijos después de los 40 años. Esta decisión, que en el pasado era vista como inusual y poco recomendable, se ha convertido en una realidad accesible, gracias a los avances en la medicina reproductiva y a cambios significativos en la sociedad. La convergencia de factores médicos, laborales y culturales está transformando los tiempos de la maternidad, ofreciendo a las mujeres la libertad de decidir cuándo quieren ser madres.
Históricamente, la maternidad ha estado asociada a la juventud. Sin embargo, hoy en día, muchas mujeres posponen esta decisión en favor de alcanzar estabilidad en sus vidas profesionales y personales. El acceso a la educación superior y los logros en sus carreras han llevado a que esta etapa de la vida se reagende para un poco más adelante. A su vez, la ciencia ha desempeñado un papel crucial al mejorar las tasas de éxito en embarazos a edades avanzadas, eliminando los mitos que rodean la maternidad después de los 40.
Expertos en fertilidad comentan que, aunque la probabilidad de concebir de manera natural a esta edad es de alrededor del 5%, la disponibilidad de tratamientos como la fecundación in vitro y la congelación de óvulos ha significado que muchas mujeres pueden realizar su anhelo de ser madres con una mayor tasa de éxito.
Este fenómeno se refleja en las historias de diversas mujeres que han decidido esperar para empezar sus familias. María, de 44 años, explica que su carrera la mantuvo ocupada durante mucho tiempo, pero que decidió congelar sus óvulos a los 39 años y, posteriormente, recurrir a un tratamiento de fertilidad que culminó con el nacimiento de su hija a los 43. Isabel, de 47 años, también enfrentó el reto de la concepción natural fallida, pero encontró éxito mediante la fecundación in vitro, mientras que Carla, de 50 años, optó por la adopción tras varios intentos de concebir.
No obstante, ser madre después de los 40 conlleva tanto ventajas como desventajas. Las mujeres que eligen esta ruta a menudo disfrutan de una mayor estabilidad emocional y económica, además de contar con una mayor perspectiva y madurez para abordar la crianza. Por otro lado, también enfrentan mayores riesgos médicos, incluyendo complicaciones durante el embarazo y el parto, así como un aumento de padecimientos como la diabetes gestacional.
Los médicos aconsejan a las mujeres que consideran esta opción que se sometan a chequeos regulares, mantengan un estilo de vida saludable y busquen apoyo profesional en fertilidad si es necesario.
El desarrollo de tecnologías reproductivas, junto con la evolución social, sugiere que la maternidad en edades avanzadas seguirá siendo una opción viable para muchas mujeres. Cada vez es más común que tengan acceso a la información y los tratamientos que les permiten tomar decisiones sobre cuándo y cómo ser madres. Aunque la biología impone ciertos límites, la combinación de la ciencia y las transformaciones en la sociedad evidencian que ser madre después de los 40 es una posibilidad cada vez más tangible y real.