En una muestra clara de descontento y unidad, la ciudad de Madrid se ha convertido el domingo pasado en el epicentro de una protesta ciudadana sin precedentes en contra de lo que muchos consideran un desmantelamiento progresivo de la sanidad pública por parte de las políticas impulsadas por el gobierno regional, encabezado por Isabel Díaz Ayuso. Bajo el lema ‘Madrid sigue en pie por la Sanidad pública’, miles de ciudadanos inundaron las calles de la capital española para expresar su firme oposición a un proyecto que perciben orientado hacia la privatización, la reducción de inversiones y un cada vez más acuciante déficit de profesionales sanitarios.
La convocatoria realizada por la iniciativa Vecinos y Vecinas de Barrios y Pueblos de Madrid recibió un amplio respaldo de diversas organizaciones políticas de izquierda, sindicatos y un notable número de personalidades del ámbito cultural. Los manifestantes, que se congregaron desde tempranas horas del día en lugares simbólicos como la Plaza Legazpi, Nuevos Ministerios, Plaza de España y el Hospital de La Princesa, marcharon hacia la Plaza de Cibeles, generando un vibrante acto de protesta que resonó a lo largo de toda la ciudad.
Con slogans tan elocuentes como «Arriba las manos, esto es un atraco», «Sanidad de calidad, eso sí que es libertad» y «Ayuso dimite, la gente no te admite», los manifestantes han puesto de manifiesto su disconformidad con las políticas sanitarias vigentes. No pasaron por alto las dolorosas pérdidas humanas ocurridas en residencias durante la pandemia, referidas duramente como «No son muertes, son asesinatos».
Los participantes en la protesta denunciaron variados problemas, como la insuficiencia de financiamiento, las prolongadas listas de espera y una precarizada atención en urgencias extrahospitalarias, junto a una preocupante falta de personal sanitario. La situación de los médicos internos residentes (MIR), descrita como «maltrato», también fue objeto de especial crítica.
La aparición de la ministra de Sanidad, Mónica García, en la manifestación, añadió un significativo apoyo a las demandas ciudadanas. García destacó la sanidad pública como fundamental para el Estado del Bienestar y enfatizó que su defensa es, en esencia, una defensa de la democracia y del bienestar de la población.
La representante de Más Madrid, Manuela Bergerot, también se pronunció contra lo que calificó como el «fracasado modelo Ayuso», acusándolo de precarizar la situación de los profesionales sanitarios y de favorecer a las compañías de seguros privadas, especialmente al grupo Quirón. Bergerot aseguró el compromiso de su partido con el personal sanitario y subrayó la labor del Ministerio de Sanidad en la protección del sistema público de salud.
Este relevante evento en Madrid denota una fuerte demanda social por políticas que verdaderamente prioricen el bienestar colectivo por encima de los intereses económicos privados, reflejando el compromiso inquebrantable de la ciudadanía por preservar el derecho fundamental a una sanidad pública, gratuita y de calidad.