Más de 3.000 personas celebran la tradición de las migas en Ciudad Real
El ambiente festivo capturó la atención de más de 3.000 personas que se reunieron en el emblemático entorno de la Puerta de Toledo, en Ciudad Real, para dar la bienvenida al nuevo año con una de las tradiciones más queridas de la región: la degustación de migas. A pesar del frío matutino, la jornada estuvo marcada por el calor humano y la colaboración de 14 asociaciones, peñas y colectivos culturales de la ciudad, quienes se dieron cita desde temprano para cocinar los ingredientes suministrados por la concejalía de Festejos.
El evento contó con la presencia del alcalde de Ciudad Real, Francisco Cañizares, y del primer teniente de alcalde, Ricardo Chamorro, así como de varios miembros de la corporación municipal, quienes apoyaron esta celebración que fomenta la convivencia y el espíritu comunitario.
La concejal de Festejos y Tradiciones Populares, Fátima de la Flor, subrayó la relevancia de la colaboración entre los distintos grupos participantes, agradeciendo su implicación y compromiso para asegurar que todos los asistentes pudieran disfrutar de un plato de migas. En esta ocasión, se introdujo como novedad el apoyo de Montes Norte, que aportó aceite y vino, así como la participación de Artesanos Panaderos de Picón, cuyos productos cuentan con la denominación de origen La Mancha, realzando aún más la calidad de la oferta gastronómica.
Ricardo Chamorro destacó la singularidad de despedir el año en un entorno tan emblemático, realzando la importancia del uso de productos locales y la colaboración comunitaria. Además de las célebres migas, las peñas y colectivos ofrecieron otros platos típicos de la región, como gachas y judiones, asegurando que nadie se fuera con hambre.
Con los estómagos llenos y el espíritu festivo en su apogeo, la celebración continuó en otros escenarios del centro de la ciudad, prolongando la alegría y el buen ambiente que caracteriza a estos eventos populares.
La celebración de las migas en Ciudad Real no solo representa una tradición culinaria, sino también una forma de dar la bienvenida al nuevo año con un sentido de comunidad y cultura local.