El programa televisivo “Ni que fuéramos”, que rápidamente se ha posicionado como un referente en el mundo del espectáculo en España, comparable al conocido “Sálvame”, hizo su regreso a la televisión convencional después de tener una exitosa trayectoria en las plataformas de streaming. Este regreso, que tuvo lugar la tarde del lunes 3 de junio por el canal Ten de Grupo Secuoya, contó con varios puntos fuertes, entre ellos, la reaparición de Kiko Hernández y una controversial entrevista a Marta Riesco que prometía reavivar viejas polémicas.
Dirigido por David Valldeperas, el programa no tardó en captar la atención de su audiencia con la promesa de la entrevista a Marta Riesco, exreportera vinculada al entorno de Ana Rosa Quintana. Valldeperas compartió que fue gracias a una amiga en común con Riesco que se logró establecer el primer contacto para dicha entrevista. Esta conexión facilitó una plataforma para que Riesco pudiera hablar abiertamente sobre su experiencia personal y profesional ante las cámaras.
La entrevista reveló detalles sobre la turbulenta relación entre Marta Riesco y Antonio David Flores, destacando momentos de profundo dolor y revelaciones sorprendentes sobre su vínculo. Riesco expresó su deseo de haber evitado ese encuentro destructivo con Flores, enfatizando las consecuencias negativas que dicha relación trajo a su vida. Detalló cómo se vio superada por la constante influencia de una relación disfuncional, incluso compartiendo un impactante episodio durante la participación de Olga Moreno en “Supervivientes 2021”, en la cual, pese a la supuesta separación anunciada por Flores, Moreno parecía desentenderse de la situación.
En un movimiento audaz, Riesco compartió las últimas palabras de Flores que dieron por terminada su relación: “No me busques más, estoy enamorado de ti. No me busques porque te voy a joder la vida”. Estas palabras no solo concluyeron su interacción sino que también plantearon reflexiones profundas sobre la naturaleza de las relaciones bajo el escrutinio público y cómo estas pueden transformar drásticamente las vidas involucradas.
“Ni que fuéramos” demostró una vez más ser un escenario privilegiado para explorar las complejidades de las historias personales, brindando un espacio para el debate y el análisis más allá de lo puramente superficial. Este regreso a la televisión convencional reporta no solo el firme posicionamiento del programa en el panorma mediático sino, también, como un foro donde la complejidad de las relaciones humanas y las dinámicas del mundo del espectáculo pueden ser abiertamente discutidas.
