La televisión española y sus espectadores están de luto tras el fallecimiento de una de sus figuras más emblemáticas, Mayra Gómez Kemp. La querida presentadora, que se convirtió en un rostro familiar para millones de españoles durante la década de los 80, es recordada especialmente por su trabajo en el icónico programa «Un, dos, tres… responda otra vez». Su carisma y cercanía le valieron el cariño de los 25 millones de televidentes que cada viernes esperaban con entusiasmo su aparición en el plató.
Gómez Kemp, quien dejó una huella imborrable en la industria durante sus casi seis décadas de carrera, también brilló al frente de programas como «La ruleta de la fortuna» y «Simplemente Mayra» en Antena 3, demostrando su versatilidad y capacidad de conectar con la audiencia.
La noticia de su fallecimiento generó una ola de tributos en redes sociales y televisión, con colegas y admiradores expresando su tristeza y admiración. Figuras como Ramón García, Toñi Moreno, Manolo Sarria y María Casado compartieron emocionantes mensajes en memoria de la presentadora. Este último, Casado, no pudo contener las lágrimas al informar sobre la partida de Gómez Kemp durante una emisión de «Informativos Telecinco», utilizando una frase célebre de la presentadora en su despedida, lo que destacó el profundo respeto y afecto que la comunidad televisiva sentía por ella.
Iker Jiménez señaló este gesto de Casado como un ejemplo de autenticidad en un medio que a menudo carece de ella, reflejando la influencia duradera que Gómez Kemp ejerció no solo en los espectadores, sino también entre sus colegas.
Aparte de su destacada carrera televisiva, Gómez Kemp también incursionó en el mundo literario, aportando su visión personal al prólogo del libro «Historias de la tele», que narra anécdotas y momentos claves de la televisión española. Su contribución añadió un valor único a la obra, consolidando aún más su legado en la cultura pop española.
La partida de Mayra Gómez Kemp marca el fin de una era dorada en la televisión española. Sin embargo, su legado perdurará en la memoria de aquellos que crecieron admirando su trabajo y en las nuevas generaciones que aprenderán de su extraordinaria contribución al entretenimiento y la cultura. Con su adiós, la televisión pierde a una de sus estrellas más luminosas, pero el amor y respeto que inspiró en vida seguirán iluminando el camino de futuros comunicadores.