En recientes temporadas, el Sevilla FC ha experimentado una de las fases más difíciles de su historia, desplomándose desde la élite de LaLiga EA Sports y sus habituales participaciones en la Champions League, a encontrarse luchando por la permanencia. Detrás de esta dramática transformación está Monchi, figura clave y alguna vez venerada como el arquitecto de los años dorados del club. Sin embargo, en una vuelta que nadie anticipó, su segunda etapa como director deportivo, marcada por un cambio en su estrategia de fichajes, ha sido de todo menos exitosa.
La estrategia que inicialmente había llevado al Sevilla a sus alturas más gloriosas involucraba la captación de talento joven con gran potencial de revalorización. No obstante, tras su regreso del AS Roma, Monchi apostó por una ruta diferente, priorizando la contratación de jugadores más establecidos y con menor margen de crecimiento en su valor de mercado. Esta decisión ha tenido un impacto negativo notable, culminando en algunas adquisiciones cuestionables que han tenido repercusiones financieras y deportivas significativas para el club.
Una de las incorporaciones más desafortunadas fue Rony Lopes, por quien el Sevilla desembolsó 25 millones de euros, solo para verlo marcharse sin costo alguno tras una serie de actuaciones insatisfactorias. Pero el caso de Lopes no es aislado; figuras como Munas Dabbur, Óscar Rodríguez, Nianzou y Marcao también representan inversiones que no han rendido frutos esperados, pesando sobre las finanzas del club con elevados salarios y poca contribución en el campo.
La realidad actual del Sevilla FC es el resultado de una serie de apuestas arriesgadas que no salieron como se esperaba, colocando a Monchi, una vez héroe del club, en el centro de las críticas. Su legado, aunque todavía significativo por sus triunfos pasados, se encuentra ahora ensombrecido por decisiones recientes que han gestado una crisis tanto deportiva como económica. Aunque su figura es icónica dentro de la institución, el camino hacia la recuperación del Sevilla requerirá de una reflexión profunda y posiblemente de un cambio radical en la filosofía de gestión que tanto éxito le brindó en el pasado.