En una declaración que ha captado la atención del panorama político español, Juan Lobato, exsecretario general del PSOE en Madrid, ha decidido continuar su labor como senador sin recibir salario. Esta decisión se produce en paralelo a su actividad en la Agencia Tributaria, marcando un hito en la relación entre la política y las profesiones externas.
La noticia fue confirmada por Lobato a través de la red social Bluesky, solo un día después de que el congreso regional del PSOE designara a Óscar López como su sucesor en la dirección del partido en Madrid. Con una trayectoria política que incluye funciones como alcalde y portavoz parlamentario durante nueve años, Lobato enfatizó la relevancia de compaginar la carrera política con una vida profesional activa, afirmando que la política no debe ser un medio para obtener beneficios económicos.
Lobato defendió la necesidad de que los políticos en España mantengan un compromiso con sus profesiones paralelas. Este enfoque no solo enriquece su perspectiva política, sino que también les permite mantenerse conectados con la realidad social y profesional de la ciudadanía. A su juicio, esta práctica debería ser más común, no solo entre los miembros de su partido, sino en todas las formaciones políticas, reconociendo la labor de aquellos funcionarios locales que dedican su tiempo y esfuerzo al servicio de sus comunidades mientras ejercen otras profesiones.
Al renunciar a su sueldo como senador, Lobato refuerza su mensaje de que la política debe entenderse como un servicio público, libre de intereses personales. Este gesto coincide con un contexto en el que la percepción del político como un ser ajeno a los problemas de la sociedad ha sido motivo de discusión y crítica.
La decisión de Juan Lobato trae consigo una perspectiva renovadora en el ámbito político, especialmente en una época en la que la ética en el servicio público es un tema candente. Su postura es un recordatorio de que la política puede y debe ser concebida como una vocación destinada a servir a los demás, más que como un camino para el enriquecimiento personal. Este modelo de conducta podría inspirar a otros en la política a seguir un camino similar, promoviendo una cultura de verdadero servicio público en lugar de búsqueda de beneficios.
