El Gobierno ha tomado una medida inesperada pero bienvenida para hacer frente al incremento en los precios del aceite de oliva, un alimento básico en las mesas españolas. A partir del 1 de julio, el IVA aplicado al aceite de oliva se reducirá drásticamente a 0%. Este cambio legislativo se propone aliviar la carga sobre los consumidores provocada por la elevación de los precios, resultado directo de la disminución en la producción, afectada severamente por la sequía que azota algunas regiones productoras.
Esta notable decisión facilitará que los precios al consumidor del aceite de oliva disminuyan en las principales cadenas de supermercados del país. Hasta ahora, el aceite de oliva venía gravado con un IVA del 5%, tasa que será eliminada con efecto inmediato bajo esta nueva política. La medida trae consigo una actualización en los precios: por ejemplo, se ha anunciado que Lidl ajustará el precio de su aceite suave marca Abril a 8,45 euros por litro y el de su aceite intenso marca Olisone a 7,49 euros por litro.
Otras cadenas, como Mercadona, Eroski, Carrefour y Supermercados DIA, también verán reducciones en el precio de venta de diversos tipos de aceite. Entre los ajustes figuran disminuciones que sitúan al aceite de oliva virgen extra Hacendado de Mercadona en 9,17 euros por litro, el de oliva virgen extra Maestros de Hojiblanca de Carrefour a 14,20 euros por litro, y el de oliva virgen extra Carbonell en Eroski a 14,15 euros por litito.
Este cambio en la política tributaria no solo refleja un paso hacia la consideración del aceite de oliva como un producto básico e indispensable, sino que también alivia notablemente el gasto de los hogares españoles. Alineando el aceite de oliva con otros productos de primera necesidad que ya gozan de un IVA del 0%, como la leche, el pan y las frutas, se recalca la importancia de este producto en la dieta mediterránea y se facilita su acceso a todas las familias.
La reducción del IVA sobre el aceite de oliva es una respuesta directa a las presiones económicas que enfrentan los consumidores y representa un esfuerzo por parte del gobierno para estabilizar los precios de los alimentos básicos. A largo plazo, esta medida se espera que incentive el consumo interno del aceite de oliva y ayude a los ciudadanos a manejar mejor sus presupuestos en tiempos de incertidumbre económica. Con precios más bajos y estables en el mercado del aceite de oliva, las familias españolas pueden ahora disfrutar de uno de sus alimentos básicos sin sentir el peso de los precios elevados.
