En las sombras de «La Promesa», una trama intricada de engaño y manipulación se va tejiendo en torno a Eugenia, cuya libertad pende de un hilo. Leocadia, un personaje envuelto en una capa de falsa bondad, ejercita el arte de la simulación al extremo. En colaboración con Lorenzo, trama un oscuro plan para enviar de nuevo a Eugenia al sanatorio, dando vida a un entorno donde la amabilidad es un disfraz para sus verdaderas intenciones.
A medida que la conspiración se desenvuelve, las sospechas florecen incluso entre aquellos que una vez les brindaron su confianza. El personal del palacio se encuentra en un mar de dudas, incapaces de descifrar la verdad detrás de las miradas cómplices que se dan al cruzarse con Leocadia. Por otro lado, Lorenzo se mantiene impasible, consciente de que cualquier desliz podría desbaratar sus planes.
Sin embargo, parece ser que Eugenia comienza a entrever la red de engaños tendida a su alrededor. Un reciente encuentro con Curro deja al descubierto una fortaleza previamente oculta, indicando que la lucha por su libertad todavía no ha concluido. Su serenidad, sin embargo, plantea interrogantes: ¿Es realmente un indicio de recuperación o simplemente una estrategia astuta para navegar por las traiciones que la rodean?
Leocadia, cuya destreza para manipular la realidad es inigualable, intenta convencer a los médicos de que los momentos de lucidez de Eugenia no son más que destellos momentáneos de su locura. Esta alianza entre Leocadia y los profesionales de la salud amenaza con distorsionar la verdad hasta el punto de no retorno.
No obstante, existen señales de esperanza: Cruz, dotado de una perspicacia sin igual, comienza a notar anomalías en los registros médicos presentados ante él, encendiendo la chispa de la duda y la necesidad de buscar la verdad. El riesgo más grande no es solamente que Eugenia sea víctima de esta trama, sino también las consecuencias que pueden surgir si Cruz descubre la conspiración, desencadenando una venganza implacable.
A medida que el drama de «La Promesa» se despliega, queda claro que mantener una farsa se vuelve cada vez más difícil cuando las piezas del tablero de juego comienzan a moverse de manera autónoma. El pulso de la narrativa late con la tensión de un secreto al borde de ser revelado, prometiendo giros y revelaciones a cada paso. En este juego de poder y manipulación, la pregunta no es si la verdad saldrá a la luz, sino cuándo y a qué costo.