Recientes estudios han revelado que el laurel, una hoja aromática muy usada en la cocina mediterránea, tiene la capacidad de repeler eficazmente ciertos insectos no deseados. Este hallazgo sorprendente ofrece una solución casera para quienes prefieren alternativas naturales a los productos químicos.
Los investigadores han destacado que el laurel posee propiedades repelentes especialmente efectivas contra cucarachas y polillas. Consuelo Álvarez, experta en biología y coautora del estudio, explicó que las hojas de laurel contienen aceites esenciales y compuestos volátiles que resultan tóxicos para estas plagas, pero son completamente seguros para humanos y mascotas.
El estudio, publicado en la revista «Ciencia y Hogar», describe experimentos en los que se colocaron hojas de laurel en áreas infestadas. Los resultados fueron concluyentes: en pocos días, la aparición de cucarachas y polillas disminuyó drásticamente. “El aroma pungente del laurel parece ser lo que les resulta tan repelente”, señaló Álvarez.
Una de las principales ventajas del uso del laurel es su accesibilidad. La mayoría de las personas ya tiene este ingrediente en su despensa, y quienes no, pueden encontrarlo fácilmente en cualquier supermercado a un costo mucho menor que los insecticidas tradicionales.
Marta Ruiz, una ama de casa que participó como voluntaria en el estudio, compartió su experiencia positiva. «Decidí probar el método en mi cocina, donde había estado batallando con polillas durante meses. Compré un paquete de hojas de laurel, las distribuí en los gabinetes y, para mi sorpresa, noté una reducción significativa en la presencia de estos insectos en tan solo una semana», relató Ruiz.
Los expertos recomiendan colocar las hojas de laurel en áreas problemáticas como despensas, armarios y espacios oscuros y húmedos donde suelen congregarse las plagas. Es necesario reemplazar las hojas cada dos o tres semanas para mantener su efectividad.
En resumen, el laurel no solo sigue siendo un elemento esencial en la cocina por sus cualidades culinarias, sino que también ha demostrado ser una herramienta poderosa y natural en la lucha contra los insectos. Este descubrimiento abre la puerta a más investigaciones sobre cómo otros ingredientes comunes pueden servir como soluciones eco-amigables en la gestión de plagas.