Valentín Rosier se está convirtiendo rápidamente en uno de los nombres más resonantes de Osasuna, gracias a su impresionante rendimiento en el carril derecho. Tal es su nivel, que no sería sorprendente que su estancia en el club terminara siendo más breve de lo esperado. Bajo la dirección de Alessio Lisci, Rosier ha demostrado ser un pilar fundamental, especialmente notable durante el último encuentro contra el Rayo, donde, a pesar de haber sufrido un golpe previo contra el Espanyol que lo dejó con pocas prácticas junto a sus compañeros, logró sobresalir jugando los 90 minutos y aportando significativamente al triunfo de 2-0.
Rosier, que se unió a Osasuna tras su salida del Leganés, tiene contrato hasta junio de 2028 con una cláusula de rescisión de 15 millones de euros, una cifra tentadora para varios clubes, especialmente de la Premier League. Ante su ascendente nivel de juego, es probable que la directiva de Osasuna, liderada por Braulio Vázquez, deba considerar una renovación de contrato que incluya una mejor oferta salarial para incrementar dicha cláusula y asegurarse de contar con sus servicios por más tiempo.
Adaptándose perfectamente a cualquier sistema táctico, ya sea en una línea de tres o de cuatro defensores, Rosier domina la banda derecha con una combinación de ataque y defensa que lo ha hecho indispensable para el equipo. Este desempeño no es nuevo; ya en su paso anterior por el Leganés, demostró una notable capacidad física y técnica, cualidades que lo llevaron a ser el primer refuerzo de Osasuna en el último verano.
Su trayectoria futbolística es amplia y diversificada, habiendo iniciado su carrera profesional en el Rodez, ganado prominencia en el Dijon de la Ligue 1, y tras una transferencia cercana a los 7,5 millones de euros, se unió al Sporting de Portugal en 2019. A pesar de que no logró consolidarse completamente en Lisboa, encontró éxito en el Beşiktaş, donde se destacó y fue parte esencial en la consecución de la liga, copa y Supercopa en la temporada 2020-21, obteniendo además un lugar en el equipo ideal de la liga turca.
Tras su paso por el Niza y el Leganés, donde su participación solo se vio limitada por lesiones, jugando 31 partidos, marcando un gol y contribuyendo con dos asistencias, Rosier buscó mantenerse en la primera división, desembarcando eventualmente en Osasuna. Su llegada ha significado, sin dudas, un refuerzo de calidad para el club, donde se espera que siga brindando actuaciones que cautiven tanto a los fanáticos como a potenciales interesados en adquirir su pase.