La comunidad deportiva mundial y la sociedad de Uganda se encuentran de luto tras el fallecimiento de la destacada atleta olímpica ugandesa, Rebecca Cheptegei. Cheptegei, de 33 años, perdió la vida en circunstancias trágicas y conmocionantes tras ser atacada brutalmente por su pareja, quien le roció con gasolina y le prendió fuego el pasado domingo. Este lamentable evento tuvo lugar en su residencia en Endebess, en el condado de Trans-Nzoia, y fue presenciado por los hijos de la atleta.
El Hospital Universitario y de Referencia Moi, situado en Eldorect, Kenia, fue escenario del agónico combate de Cheptegei por su vida, donde, a pesar de los esfuerzos médicos, sucumbió a un fallo multiorgánico causado por las quemaduras que afectaron el 80% de su cuerpo. La Federación de Atletismo de Uganda, a través de un comunicado oficial, expresó su profundo pesar por la irreparable pérdida de Cheptegei y condenó firmemente el acto de violencia doméstica que llevó a su muerte.
En medio de la consternación, la historia de Cheptegei se ha convertido en un crudo recordatorio sobre la prevalencia de la violencia de género. La policía se encuentra actualmente en la búsqueda de Dickson Ndiema, identificado como el principal sospechoso del crimen y pareja de la fallecida, para proceder con su detención. Este caso ha suscitado un clamor generalizado por justicia entre la comunidad ugandesa y a nivel internacional.
Antes de este trágico suceso, Cheptegei había conseguido un reconocimiento considerable en el ámbito del atletismo. Su participación en el maratón femenino de los Juegos Olímpicos de París 2024 la llevó a terminar en el puesto 44, con un tiempo de 2:32:14. Su carrera también incluyó el logro de una medalla de plata en el Maratón Femenino de Padua, Italia, en 2023, consolidando su posición como una de las corredoras de fondo más destacadas de Uganda.
La pérdida de Rebecca Cheptegei no solo representa un golpe duro para el mundo del deporte sino también un llamado a la acción contra la violencia de género. Su legado como atleta, y ahora como símbolo de esta lucha, sigue vivo en el recuerdo de aquellos que demandan justicia y un cambio efectivo en la sociedad para proteger a las mujeres contra la violencia. La muerte de Cheptegei refleja una realidad sombría que requiere atención urgente y medidas concretas para prevenir futuras tragedias.