La Guardia Civil ha llevado a cabo la neutralización de una granada de mano de la Guerra Civil en Pozo Cañada, Albacete, un hallazgo sorprendente dado el notable deterioro del artefacto. A pesar de su antigüedad, la granada se encontraba activa, lo que subraya los riesgos potenciales que todavía representan estos explosivos históricos. El descubrimiento se produjo cuando un ciudadano, al advertir el peligro, se puso en contacto con las autoridades a través del teléfono de urgencia.
Desde el momento en que se recibió la alerta, se activaron los protocolos de seguridad, movilizando al Equipo de Búsqueda y Localización de Artefactos Explosivos (EBYL) para efectuar una evaluación adecuada en la zona afectada. Posteriormente, fueron los especialistas del grupo TEDAX de la Guardia Civil de Alicante quienes asumieron el mando de la operación. Con el objetivo de garantizar la seguridad de la comunidad, llevaron a cabo la destrucción controlada de la granada en un área designada específicamente para este tipo de operaciones.
El artefacto, catalogado como un modelo ofensivo utilizado durante la contienda civil, conservaba su carga explosiva y espoleta intactas, lo que lo convertía en un objeto extremadamente peligroso si se manipulaba incorrectamente. Este incidente pone de manifiesto la importancia de ser conscientes de los riesgos que aún persisten en el país, donde antiguos vestigios de la Guerra Civil continúan aflorando de vez en cuando.
La Guardia Civil ha hecho un llamado a la ciudadanía, subrayando la necesidad de mantener la precaución ante objetos que puedan parecer sospechosos. Es esencial no intentar mover o tocar tales elementos y reportar su localización a las autoridades de inmediato. En este sentido, la aportación de coordenadas GPS puede facilitar una intervención efectiva.
Este tipo de hallazgos no es inusual en el contexto español, y resalta la necesidad de mantener una constante vigilancia y conciencia sobre los peligros asociados con los artefactos explosivos no destruidos. La labor de la Guardia Civil es fundamental para asegurar la seguridad de la población, actuando de manera eficiente para la destrucción de estos artefactos, lo que contribuye a prevenir posibles accidentes y a salvaguardar el bienestar del entorno.