En un giro inesperado dentro del panorama político español, Juan Luis Steegmann, exdiputado de Vox y médico de profesión, ha decidido romper filas con la formación política liderada por Santiago Abascal. A través de una exhaustiva carta, Steegmann detalla las diferencias irreconciliables que han motivado su salida del partido, decisión que no ha tomado a la ligera, especialmente después de haber declinado retomar su escaño anteriormente ocupado por Iván Espinosa de los Monteros durante el reciente verano.
La ruptura de Steegmann con Vox se arraiga en lo que describe como un alejamiento del partido de sus principios fundacionales, tales como la defensa de la libertad económica, la propiedad privada y un Estado de menor envergadura. Estos pilares, según el exdiputado, parecen haber sido eclipsados por un giro inesperado hacia posturas menos liberales y más identificadas con el neofalangismo, tal como se manifestó durante el evento Viva 24, celebrado el 19 de mayo. Steegmann se muestra particularmente crítico con Jorge Buxadé, cabeza de lista a Europa por Vox, cuyas declaraciones y posturas especialmente en torno a la vacunación contra la Covid-19, han generado un profundo descontento en el exdiputado.
El abordaje y la crítica que Buxadé ha hecho sobre la importancia de las vacunas, celebradas a nivel mundial por su efectividad en salvar millones de vidas durante la pandemia, simbolizan para Steegmann una posición anticientífica que no puede sostener ni promover. Esta discrepancia se suma a su rechazo hacia lo que percibe como una evolución del partido hacia posiciones estatistas y distribucionistas, alejadas del liberalismo que Vox aseguraba promover.
El conflicto ideológico de Steegmann alcanza su punto álgido en el rechazo a la propuesta de una “distribución equitativa de la propiedad privada” promovida por miembros de Vox, lo que le llevó a un choque directo con el vicepresidente de Castilla y León, Juan García-Gallardo. Además, denuncia la táctica de emular un carácter liberal alineándose superficialmente con figuras como el presidente Javier Milei, en lo que califica de un ejercicio de hipocresía.
En su carta, Steegmann hace un llamado apremiante a Santiago Abascal para que reconsidere el rumbo que Vox está tomando, subrayando que la lealtad hacia el liderazgo incluye advertir sobre desvíos en el camino. Sin embargo, ante la encrucijada en la que se encuentra, Juan Luis Steegmann concluye que la única decisión coherente es desvincularse por completo de Vox, partido al que hasta ahora había servido, haciendo patente su desacuerdo profundo con las actuales directrices del mismo.
Esta decisión marca un momento crítico tanto para Steegmann como para Vox, poniendo de manifiesto las tensiones internas dentro de un partido que se encuentra en constante lucha por definir su identidad política y su posición en el espectro político español e internacional.