La entrega de los Premios Goya 2025 en Granada ha dejado mucho más que una lista de ganadores en la memoria de quienes siguen de cerca el cine español. El 8 de febrero, la gala destacó no solo por reconocer el talento detrás de la gran pantalla sino también por abrir el debate sobre un tema cada vez más presente en la industria: la cultura de la cancelación.
Entre las figuras notables que no asistieron al evento se encontraban Pedro Almodóvar, Penélope Cruz y, particularmente, Karla Sofía Gascón, cuya ausencia generó especial atención. Gascón, recientemente envuelta en controversia por unos tuits del pasado, ha sido motivo de discusión en el medio, lo que ha llevado a reflexionar sobre el impacto de la opinión pública en la carrera de los artistas.
El programa «La roca» de La Sexta se adentró en el asunto, con Nuria Roca encabezando un debate sobre si ahora, para ser reconocido, se necesita tener una «hoja de servicios intachable». La discusión se extendió con diversos puntos de vista sobre cómo este fenómeno afecta no solo a los individuos en el centro de la controversia sino también a cómo se promocionan las obras y se gestiona la industria.
Gonzalo Miró resaltó la difícil posición de los productores, quienes deben navegar la promoción de sus proyectos sin alienar al público o apoyar inconscientemente comportamientos cuestionables. Por otro lado, la periodista Alejandra enfatizó que el caso de Gascón podría marcar un antes y un después en cómo el público y la industria reaccionan ante estos escenarios. A pesar de la crítica inicial, figuras como Juan Antonio Bayona y Antonio Banderas mostraron su apoyo durante los Goya, proporcionando un matiz de solidaridad en medio del debate.
Juan del Val, también integrante de la conversación, criticó la tendencia hacia el escarnio público pero sugirió que la respuesta de Gascón a la controversia podría haber sido mejor gestionada. De esta manera, la noche de los Goya no solamente celebró los logros cinematográficos sino que también se convirtió en un foro para discutir cuestiones más profundas sobre la responsabilidad y la libertad de los artistas en tiempos de juicio público y redes sociales.
Este evento, por tanto, no solo premió lo destacado del cine español, sino que también evidenció las dinámicas actuales de la cultura y cómo estas pueden influir en la carrera de los profesionales del entretenimiento. La gala de los Goya 2025 quedará en la memoria colectiva como un punto de inflexión para el debate sobre la cancelación y su efecto en la industria del cine.