En una de las emisiones más recientes de «La Roca» en La Sexta, la conversación giró en torno a la participación de Melody en el Festival de Eurovisión 2025, así como los debates que este evento genera anualmente. La cantante española, quien acabó en un distante vigesimocuarto lugar, se retiró de la esfera mediática inmediatamente después del evento, aunque agradeció a sus seguidores a través de un mensaje en redes sociales. Melody prometió hablar más adelante sobre las situaciones que le generaron malestar durante su participación en el festival.
Más allá de los resultados del festival, que vio a Austria llevarse el primer puesto, el programa «La Roca» se sumergió en debates más profundos y controvertidos, como la problemática de la inclusión o exclusión de ciertos países debido a sus políticas o acciones a nivel internacional. Una discusión particularmente acalorada fue la referente a la participación de Israel en el certamen. Tania Sánchez, colaboradora del programa, cuestionó la presencia de este país en Eurovisión, sugiriendo que debería haber sido excluido de la competencia de la misma forma que Rusia fue apartada después de su invasión a Ucrania, debido a las tensiones con Palestina.
El debate se extendió hacia la postura de RTVE, la cadena pública española, que emitió un mensaje durante la transmisión de Eurovisión abogando por «Paz y Justicia para Palestina». Esto desató una amplia discusión sobre si es adecuado o no que Eurovisión se convierta en una plataforma para tratar asuntos políticos de gran envergadura. Las opiniones estuvieron divididas entre quienes creen en la necesidad de mantener la política alejada de la música y aquellos que argumentan que escenarios culturales como Eurovisión son precisamente los lugares donde se deben tomar posturas claras frente a las injusticias.
Este enfoque crítico hacia Eurovisión 2025 pone de manifiesto la dualidad del festival como una simple competencia musical versus un escenario para la diplomacia cultural y política. La diversidad de puntos de vista en torno a estos temas evidencia la complejidad que rodea al festival cada año, mostrando que Eurovisión es mucho más que una celebración de la música y el talento artístico; es también un reflejo de las tensiones y desafíos del panorama internacional actual.