Juan Carlos I, el rey emérito de España, ha mantenido una constante presencia en la vida de sus nietos mediante el apoyo económico en diversas áreas, tales como la educación, viajes y otros gastos personales. No obstante, esta generosidad se ha visto limitada a seis de sus ocho nietos, excluyendo de manera deliberada a Leonor y Sofía, las hijas de Felipe VI y Letizia. Esta decisión responde a un expreso deseo de la reina Letizia de mantener a las princesas alejadas de la influencia económica de su abuelo, con el objetivo de forjar un camino independiente para ellas y minimizar su asociación con las tradiciones y el legado de los Borbón.
Esta medida de Letizia no solo busca garantizar la autonomía económica de Leonor y Sofía sino también pretende insuflar en ellas valores de responsabilidad y discreción, contrastando vivamente con el estilo de vida disfrutado por sus primos. Por ejemplo, Victoria Federica, la hija de la infanta Elena, se ha beneficiado ostensiblemente de la generosidad de Juan Carlos, lo que le ha permitido llevar una vida de lujos y comodidades notorias. Desde su educación hasta extravaganteces como viajes y coches de lujo, todo ha sido facilitado por el rey emérito, permitiendo a Victoria Federica desarrollarse como un personaje influyente en el ámbito digital sin preocupaciones económicas, situación que contrasta fuertemente con la realidad de Leonor y Sofía.
Mientras tanto, Leonor y Sofía viven una vida más austera y controlada económicamente, resultado directo de las decisiones tomadas por sus padres, especialmente por la reina Letizia. El contraste entre la vida de las princesas y la de sus primos no solo destaca las diferencias en términos de independencia económica y estilo de vida, sino que también marca una ruptura con las tradiciones de la familia Borbón, tradiciones que han favorecido la dependencia económica de la figura del rey emérito en el pasado.
Este distanciamiento económico y tradicional no solo habla de la prerrogativa parental en el manejo de la imagen pública y privada de Leonor y Sofía sino también de un intento por adaptarse a nuevas normas sociales y expectativas, donde la autonomía y la responsabilidad personal adquieren mayor relevancia en el desarrollo de futuros líderes.