En una reciente aparición en el programa televisivo «La revuelta», Mariló Montero, destacada por su trayectoria como presentadora de La 1 y actual concursante de «MasterChef Celebrity» y colaboradora de «Espejo Público», ha encendido el debate público tras sus declaraciones acerca de la pluralidad y gestión en RTVE, apuntando directamente a su presidente, José Pablo López. Montero criticó abiertamente la que considera una inclinación hacia ideologías de izquierdas en la programación y selección de presentadores de la cadena estatal, argumentando que esto no se alinea con la diversidad de perspectivas de la población.
«Sí, es cierto que cada quien tiene el derecho de contratar a los profesionales que desee; sin embargo, en una entidad pública, la diversidad y la imparcialidad deberían ser la norma, no la excepción», argumentó Montero, subrayando la necesidad de que la televisión pública ofrezca una programación que refleje verdaderamente el espectro politico y social del país, y no meramente una cara de la moneda.
Este llamado a la reflexión no solo ha reabierto la discusión sobre el papel y responsabilidad de RTVE en la sociedad, sino que también ha puesto en evidencia la percepción de parcialidad y falta de representatividad en sus contenidos. Montero señaló que, más allá de las preferencias políticas del gobierno en turno, la televisión estatal debe servir a todos los sectores de la sociedad, sosteniendo el principio de que la diversidad de opinión enriquece y fortalece a una democracia.
La respuesta de José Pablo López, quien asumió el control de RTVE a principios de 2025 después de un período controversial marcado por su cese anterior debido a desacuerdos con la dirección pasada, no se hizo esperar. A través de una publicación irónica en sus redes sociales, López intentó restar importancia al asunto, sin embargo, sus palabras evidenciaron la tensión y la seriedad de las alegaciones de Montero.
Este episodio con Mariló Montero en «La revuelta», ha avivado el fuego de una discusión que va más allá de las figuras públicas involucradas, tocando temas de fundamental importancia para la integridad periodística y la misión de los medios de comunicación públicos. Con una sociedad cada vez más polarizada, el equilibrio en la representación de todas las voces se hace imprescindible para mantener la credibilidad y la confianza en instituciones como RTVE, cuyo mandato es servir como un reflejo fiel y equitativo de la diversidad de pensamiento y opinión de su audiencia.